En verano, protege tus oídos. Se estima que más de 14 millones de españoles sufren otitis durante el periodo estival. El dolor de oído provocado por el contacto continuado con el agua del mar o de la piscina se conoce como “otitis del nadador”. Hace referencia a un buen número de otitis externas, muy comunes en este época del año.
En otras ocasiones, hemos hablado en el blog de cómo prevenirlas, por ejemplo en este artículo
También, el año pasado, os hablamos de las otitis medias en los niños.
En el post de audición y verano de este año ampliamos el foco, y os hablamos de consejos para practicar una buena higiene del oído, de acuerdo con la OMS, y también sobre cómo prevenir la exposición al ruido, enemigo de la audición.
Practicar una buena higiene del oído puede prevenir muchas de las afecciones comunes que ocasionan pérdida de la audición. Unos sencillos consejos sobre higiene del oído nos pueden ahorrar males mayores:
- Evita el uso de bastoncillos de algodón. No suele ser necesario limpiar el interior de los oídos. El cerumen es una secreción normal del oído e inocua en la mayoría de las personas. El hábito de limpiarse los oídos en exceso con estos bastoncillos irrita la piel del conducto auditivo, lo que puede provocar una infección y aumenta las posibilidades de que se forme un tapón de cerumen.
- No introduzcas objetos ni instiles líquidos en el oído. A menos que un profesional de la salud recomiende específicamente su uso, no deben introducirse objetos ni líquidos en el oído. Es frecuente el uso de distintos tipos de aceites y de cuerpos extraños ―como bastoncillos de algodón, cerillas, plumas de animal, alfileres o lápices― que se introducen para limpiar el interior de los oídos y que a veces se quedan en el conducto auditivo externo y provocan más infecciones o daños. Su uso puede provocar traumatismos en el conducto auditivo e incluso perforaciones del tímpano.
- No utilices remedios caseros. Está muy extendido el empleo de remedios caseros para afecciones comunes, como el dolor de oídos. Normalmente, perjudican más que benefician. No deben utilizarse remedios como la conoterapia (velas óticas) o la instilación de jugos de plantas o aceite caliente para tratar enfermedades o afecciones del oído, ni tampoco seguir consejos de personas no capacitadas.
- Solicita atención médica de inmediato. Obtener atención médica oportuna para el dolor de oídos, la sensación de oclusión del oído, secreciones o sangre en un oído o la pérdida de la audición es fundamental para evitar pérdidas de audición futuras. Todos estos signos y síntomas pueden indicar una enfermedad subyacente, como la otitis media, y suelen requerir una evaluación médica para su diagnóstico y tratamiento. Aunque la sensación de oído tapado, el dolor de oídos y la pérdida leve de audición a veces se deben sólo a un tapón de cerumen, no se puede dar por hecho que esta sea la causa y es necesario que lo confirme un profesional de la salud capacitado.
En verano, también estamos más expuestos a sonidos intensos y el ruido fuerte. El nivel recomendado de exposición sonora es inferior a 80 dB durante un máximo de 40 horas a la semana. Algunos indicios de que el ruido es demasiado alto son, por ejemplo, si hay que elevar la voz para que se entienda la conversación; cuando al oyente le resulta difícil comprender lo que dice una persona que está a medio metro de distancia; o cuando los oyentes sufren dolor o una sensación de zumbido en los oídos. La audición puede protegerse de los ruidos intensos con algunas medidas sencillas, como:
- Mantén bajo el volumen del sonido. La exposición sonora cuando se escuchan dispositivos de audio personales puede reducirse:
– Manteniendo el volumen de los dispositivos de audio personales (smartphones o reproductores MP3 que se utilizan con auriculares o audífonos) por debajo de los 80 dB. Esto se puede comprobar mediante el uso de ciertas aplicaciones para teléfonos inteligentes disponibles gratuitamente. Algunos dispositivos las traen incorporadas pero si no se cuenta con ellas, la regla general para evitar riesgos es escuchar a un volumen inferior al 60% del máximo.
– Utilizando auriculares que se ajusten bien al oído y, en la medida de lo posible, con cancelación de ruido. Los auriculares bien ajustados permiten oír claramente la música a niveles de volumen más bajos. Además, los audífonos y auriculares con cancelación de ruido reducen el ruido de fondo, de modo que los usuarios pueden oír los sonidos a un volumen más bajo del que se necesitaría sin esta función. Por ejemplo, los usuarios frecuentes de dispositivos de audio personales en trenes o aviones deberían considerar el uso de auriculares con cancelación de ruido en esos entornos.
- Protege tus oídos en situaciones ruidosas. En los lugares de trabajo ruidosos y cuando se frecuentan clubes nocturnos, discotecas, bares, eventos deportivos y otros lugares ruidosos, se puede limitar la exposición sonora:
– Utilizando regularmente tapones para los oídos como protección auditiva. Los tapones bien colocados pueden ayudar a reducir considerablemente el nivel de exposición. Si se insertan correctamente, los tapones pueden reducir la exposición entre 5 y 45 dB, según el tipo.
– Manteniendo la distancia de las fuentes de sonido, como los altavoces, puede reducir la cantidad de energía sonora a la que se expone una persona.
- Reduce al mínimo el tiempo de permanencia en entornos ruidosos. Para las personas que están sometidas a sonidos fuertes de forma regular en el lugar de trabajo o en lugares de entretenimiento, resulta especialmente importante controlar la exposición sonora. Esto se puede lograr:
– Limitando el tiempo de escucha con dispositivos de audio personales y manteniendo el volumen bajo.
– Tomando descansos breves lejos de los sonidos intensos. Si te encuentras en un entorno ruidoso, trata de tomar descansos regulares y trasladarte a una zona menos ruidosa.
Esto podría ayudar a las células sensoriales a recuperarse de la fatiga causada por la exposición al ruido y reducir el riesgo de pérdida de la audición.
- Vigila tu exposición sonora personal. Conocer el nivel de sonido al que uno está expuesto permite a las personas establecer sus propios límites según sus preferencias. Esto se puede conseguir:
– Utilizando aplicaciones informáticas que controlen la exposición sonora personal. Hay aplicaciones que pueden ayudar a controlar la exposición a través del dispositivo y también en el entorno externo.
– Utilizando smartphones que incluyan funciones de escucha segura incorporadas.