Carta Auditiva a los Reyes Magos

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Carta Auditiva a los Reyes Magos
Carta Auditiva a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Carta Auditiva a los Reyes Magos. En apenas unos días estaréis recorriendo la geografía española, y quería comentaros que soy un niño con hipoacusia, por lo que tengo que cuidar –más si cabe– mi sistema auditivo. Pero, también, deseo respetar la salud sonora de quienes me rodean, ya que la baja audición se puede adquirir a lo largo de la vida. Sobre todo, en una época como la navideña, en la que instrumentos musicales, coches con sirena, aviones o armas sonoras son regalos habituales entre los más pequeños. Unos presentes que, si sus sonidos superan los 85 decibelios, pueden profundizar –aún más– los problemas de las personas con sordera.

Por ello, en la carta de este año os pido que no me traigáis ningún obsequio que rebase ese umbral –el de los 85 decibelios–, ya que generarían problemas de audición a mis seres queridos. Algo que empieza a ocurrir a partir de los 30 minutos de juego. ¡En tan sólo media hora pueden hacer daño! Y como quiero mucho a mis padres y a mis abuelos, prefiero otros regalos.

Pero si no hay más remedio –ya estaréis saliendo de Oriente–, me inclino por aquellas alternativas que permitan la regulación del ruido, mediante la implementación de las opciones de control del volumen. Incluso, si el sonido es muy fuerte, podría utilizar cinta adhesiva en los altavoces, con el fin de aminorar y/o regular la intensidad.

Carta Auditiva a los Reyes Magos. Además, me ha dicho mi mamá que me traigáis aquellos presentes en los que se pueda constatar la intensidad del estrépito. Algo que se verificaría en las características del juguete; comprobando que cumple las normas de la Unión Europea sobre este tema; o en los mismos puntos de venta, con la utilización de un sonómetro. Éste último recurso se puede descargar muy fácilmente en el móvil. Existen muchas aplicaciones que permiten dimensionar el ruido.

Y si es posible, queridos Reyes Magos, traedme aquellos divertimentos que tengan interruptores de encendido y apagado. Pero, sobre todo, me gustaría evitar una exposición prolongada a los sonidos elevados. No hace falta que emitan soniquetes excesivamente fuertes para que sean divertidos. Por tanto, prefiero presentes más sigilosos.

Carta Auditiva a los Reyes Magos. Mi papá también me ha dicho que los niños debemos evitar acercarnos los juguetes a los oídos. De esta forma, podremos eludir daños a nuestros sistemas auditivos. Hemos de tener en cuenta que los efectos del estruendo sobre la calidad de nuestra audición no los vemos de un día para otro. Sus consecuencias las sufriremos a largo plazo, razón por la cual debemos tener mucho cuidado.

Por ello, queridos Reyes Magos, os pido que unos presentes que respeten estas peticiones. No puedo olvidar que el 60% de la pérdida auditiva en la niñez podría evitarse –o, al menos, reducirse– gracias a estas recomendaciones. Al fin y al cabo, si el sonido es muy fuerte para nuestros padres y abuelos –los adultos–, también lo será para nosotros, los niños.  ¡Os pido que me escuchéis!

¡Hasta el viernes, 6 de enero!

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