La acumetría es una exploración básica de la función del oído. Para llevar a cabo sus pruebas más conocidas, sólo es necesario un diapasón, y permite una valoración inicial de la audición del paciente aportando datos valiosos para el diagnóstico. Test de Weber.
Para practicarla, es necesario utilizar un diapasón de 250 Hz y otro de 1000 Hz. Con ellos, se exploran las frecuencias graves y las agudas, respectivamente. Con esta técnica, básicamente, se llevan a cabo los test de Rinne y el test de Weber. Del primero, ya hablamos hace tiempo en un post anterior en este blog.
Los tests de Rinne y Weber, realizados e interpretados de manera correcta, junto con la clínica del paciente, pueden no sólo minimizar los errores de otros tests audiológicos sino que además aportan una visión global del estado auditivo en el gabinete (previo a la audiometría).
En este post nos centramos entonces en el test de Weber. Su nombre se debe Ernst Heinrich Weber (1795-1878), médico alemán considerado como uno de los fundadores de la psicología experimental.
Se trata de una prueba rápida de la audición con la que se pueden detectar hipoacusias unilaterales o bilaterales asimétricas. Permite comparar las vías óseas de ambos oídos.
Para efectuarla se coloca el diapasón activado en el punto más alto de la frente. A continuación, se pregunta al paciente si detecta el sonido en el centro, o bien oye mejor por alguno de ambos oídos.
En personas con audición normal o con hipoacusia del mismo origen y simétrica el Test de Weber no lateraliza.
Si el paciente escucha mejor por el oído sano, sin pérdida auditiva, nos encontramos ante una hipoacusia neurosensorial, mientras que si lateraliza al oído afectado nos orienta a una hipoacusia de transmisión.
La hipoacusia neurosensorial hace referencia a la pérdida auditiva por afectación del oído interno o del nervio auditivo.
La hipoacusia conductiva o de transmisión está causada por enfermedades u obstrucciones en el oído externo o medio, frenando el paso de las ondas sonoras al oído interno.
Los audioprotesistas realizan la audiometría como ‘madre de todas las pruebas’. Sin embargo, para la valoración de la hipoacusia del paciente, la prueba de Weber no deja de ser una prueba subjetiva pero que es necesaria para cuantificar el grado de la pérdida auditiva.