En las últimas décadas, la realización de tatuajes se ha convertido en una práctica muy extendida en todo el mundo. Pero las técnicas decorativas corporales no están exentas de riesgos para la salud, tampoco para la auditiva.
La última moda en el mundo de los tatuajes son aquellos que hacen en la zona de las orejas, tanto dentro del pabellón auditivo, como en el lóbulo o incluso en la cabeza, en la parte posterior de la oreja.
Un tatuaje en la zona de la oreja puede resultar muy atractivo si está bien hecho. Suelen realizarse motivos pequeños y sencillos aunque llamativos. Se trata de una zona del cuerpo que es muy sensible y que además está muy expuesta. Por eso la decisión de tatuarse esta parte del cuerpo debe ser bien meditada.
En cuando a los tatuajes que se hacen en el interior del pabellón auditivo, como la oreja está formada prácticamente por cartílago y posee muy poca cantidad de piel, la realización del tatuaje puede resultar muy dolorosa. El cartílago, al estar muy irrigado sangra mucho y el sonido al tatuar es muy molesto. La sensación es como de crujido por lo que parece que el cartílago se estuviera rompiendo.
Además, la piel que recubre el cartílago es más fina que la del resto del cuerpo por lo que puede ocurrir que la tinta no penetre bien y el tatuaje se borre o que penetre pero el tatuaje queda borroso.
Un lugar muy común para los tatuajes de oreja es detrás del valle, en el extremo superior de la mandíbula. La realización de este tipo de tatuajes puede provocar, fuertes dolores tanto de la mandíbula como del oído.
Frecuentemente tras hacerse un tatuaje en la parte posterior de la oreja aparecen dolores de cabeza, migrañas y mareos, e incluso se puede producir daño auditivo debido a las vibraciones y el sonido de la máquina de tatuar.
Además, las complicaciones asociadas a los tatuajes incluyen múltiple procesos infecciosos, cutáneos o sistémicos, debido a la ruptura de la barrera epidérmica. Reacciones inflamatorias, reacciones alérgicas, aparición de tumores sobre el área tatuada o brotes de determinadas dermatosis, son los más frecuentes.
Así mismo, durante el proceso de tatuaje el pigmento penetra en la dermis y entra en contacto con capilares sanguíneos y vasos linfáticos, por lo que es posible la transmisión de enfermedades infecciosas. La probabilidad de adquisición de este tipo de enfermedad depende en gran medida de las condiciones higiénicas en las que se realice el tatuaje y de la experiencia del tatuador.
Por último, una vez que se ha realizado el tatuaje en la oreja, este requiere los mismos cuidados que en cualquier otra parte del cuerpo, manteniendo una correcta higiene de la zona y los cuidados de cicatrización e hidratación necesarios.
Las orejas son una parte fundamental del sentido del oído y, por lo tanto, de la audición, ya que nuestra salud y capacidad auditiva dependerán también, de lo que cuidemos de ellas. Por eso debemos prestar especial atención a su higiene, al cuidado de su piel.
Además, las orejas son de gran importancia para las personas que corrigen su audición con audífonos, ya que, ellas soportan los aparatos y por eso requieren un cuidado minucioso.
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