Hoy, vamos a hablar en el blog del sonido de las campanas. El 30 de noviembre de 2022 el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO aprobó por unanimidad que la candidatura presentada por España, promovida e impulsada por Hispania Nostra, Campaners d’Albaida, y el Museu Internacional del Toc Manual de Campanes, MitMac, en nombre y representación de todos los campaneros y campaneras de España, fuera inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.
Todo comenzó cuando las entidades promotoras organizaron un gran concierto de campanas en los lugares españoles y europeos donde se ha conservado o recuperado el toque manual de las campanas y por lo tanto el sonido de las campanas. Bajo el lema “Echamos las campanas al vuelo” tuvo lugar un gran concierto sonoro en Europa el 21 de abril de 2018. La actividad produjo material audiovisual y documental que sirvió de base para iniciar los expedientes de protección en España del toque manual de campanas, así como para realizar los estudios e inventarios necesarios que condujeran al objetivo final de la declaración por parte de la UNESCO del toque manual de campanas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Este reconocimiento mundial pone en valor el trabajo callado y solitario de tantos campaneros/as que de manera voluntaria conservan y mantienen el Toque Manual de Campanas, que es el paisaje sonoro de muchos municipios de España: el sonido de las campanas.
En general, el toque manual de campanas se refiere a la práctica de hacer sonar las campanas de forma manual, en lugar de utilizar un mecanismo automático. Este arte tradicional ha sido parte de diversas culturas y comunidades a lo largo de la historia. “Es hacer sonar la campana de forma manual, ateniéndonos al código campanero o ritmo del área geográfica que corresponda. Tocamos las campanas con nuestras manos, pero también recuperamos el patrimonio de esta actividad”, señala Luis Baldo, presidente de la Asociación de Campaneros de Madrid.
El toque manual de campanas puede tener significados culturales, religiosos o históricos, y a menudo se asocia con eventos importantes o ceremonias. “Todos los toques de las campanas tienen un porqué, asociado la zona geográfica donde se llevan a cabo y además, han ido evolucionando con la sociedad a la que pertenecen”, sigue Baldo.
Hay muchas formas de hacer sonar las campanas. En general, podemos distinguir el tañido de una campana fija, el repique, el repiquete, el repique o el bandeo. En el pasado, tocar las campanas era un trabajo, que se completaba con otras pequeñas actividades diarias. El campanero solía ser una de las personas más pobres del pueblo, y, en ocasiones, tenía incluso una vivienda en la catedral. Todo para que sacaran a diario sonido de las campanas.
“Campanarios, muchos; campanas todas”, dice Luis Baldo, en alusión a que el sonido de cada una de ellas es único. En general, están hechas de bronce. “La buena campana está hecha con una aleación del 80% cobre y 20% estaño, o lo que se suele llamar el bronce de campanas”.
Hay campanas míticas, como la campana María, en la Catedral de Pamplona, la segunda más grande de España con once toneladas de peso, cuyo sonido se escucha en toda la Cuenca de Pamplona (hasta 14 kilómetros de distancia) marcando sus límites.
Para hacernos una idea de la intensidad del sonido, medido en decibelios, que puede generar un campanario, Luis Baldo cuenta que en el campanario del Monasterio de Monserrat, medidos con un sonómetro, se alcanzaron, junto a las campanas, picos de 130 dBs. Por eso, los campaneros deben utilizar protección auditiva.
Fuentes:
Las campanas de Aragón: un medio de comunicación (aragon.es)
