Auriculares y pérdida de audición. ¿Cómo escuchar sin riesgos? Son pequeños, pero también un gran problema para la salud auditiva mundial. El uso de auriculares está globalmente extendido. Y además de manera transversal. Nos conectan a móviles, reproductores MP3, ordenadores o tablets. Lo hacen de manera privada, y en cualquier lugar. Son el paradigma de la portabilidad. Y por ello, pueden personalizar sentimentalmente cualquier entorno. Pero tienen desventajas contra las que conviene no descuidarse.
Uno de cada cinco adolescentes ya sufre hoy en día pérdida de audición asociada a su uso indiscriminado, por exceso de ruido. Y la pérdida de audición no es reversible. Según los datos que aporta la OMS, el 50% de los jóvenes entre 12 y 35 años, más de 1.000 millones de personas, corren el riesgo de sufrir daños auditivos. Y no lo saben.
El volumen es el culpable. La pérdida de audición inducida por ruido tiene dos causas principales: un ruido ensordecedor momentáneo -como disparos o fuegos artificiales- o la exposición continuada a un gran número de decibelios, como el ruido en una fábrica o la música alta escuchada a lo largo del tiempo.
El análisis de los datos de la encuesta nacional de salud y nutrición (National Health and Nutrition Examination Survey) de los Estados Unidos indica que, entre 1994 y 2006, la prevalencia de la pérdida de audición entre la población adolescente (de 12 a 19 años) aumentó considerablemente, del 3,5% al 5,3%. Y el ratio aumentará más.
El número de personas que escuchan música con auriculares se incrementó en un 75% entre 1990 y 2005 en los Estados Unidos. Un informe de 2008 de la Comisión Europea muestra el incremento imparable de uso de dispositivos de audio para uso personal, aparejado al aumento de las ventas de teléfonos inteligentes (solo en 2011 se vendieron 470 millones en el mundo).
El uso principal de auriculares es para escuchar música. Por eso, sus incondicionales conceden poca importancia a la cantidad de tiempo que los usan, o al nivel de volumen a que lo hacen. El volumen de salida de los dispositivos de audio personales puede oscilar entre los 75 dB y los 136 dB. El volumen máximo varía, dependiendo de las normativas y legislaciones de los diferentes países. Por lo general, los usuarios de dispositivos de audio personales suelen fijar su volumen entre los 75 dB y los 105 dB. En clubes nocturnos, discotecas y bares, los niveles medios de ruido pueden oscilar entre los 104 dB y 112 dB, y en un concierto pueden ser aún mayores. En sólo 15 minutos escuchando música a 100 dB, los usuarios pueden exponerse a niveles de ruido similares a los que absorbe un trabajador industrial en una jornada de 8 horas en un entorno sonoro de 85 dB. Más ejemplos. Los niveles de ruido en las instalaciones deportivas oscilan entre los 80 dB y los 117 dB. Asumir comportamientos de riesgo como estos mencionados puede dañar la capacidad de audición de forma permanente.
Centrándonos de nuevo en el caso de los auriculares, los más utilizados se alojan en el canal auditivo, remitiendo la señal de audio tan cerca del oído interno, que la señal se amplifica hasta nueve decibelios. Una cantidad sustancial si consideramos que por encima de los 85 decibelios existe riesgo de lesión auditiva. Además, si los auriculares no tienen un sello hermético, el ruido de fondo se filtra y hace que el usuario aumente aún más el volumen.
¿Qué se puede hacer?
Los especialistas recomiendan proteger la audición mientras se disfruta del uso de un dispositivo de escucha personal.
En primer lugar, son mejores los auriculares del tipo ‘orejera’. Además, conviene adquirir auriculares con ‘cancelación de ruido’, que reducen o eliminan el ruido de fondo. Esto disminuye la necesidad de subir el volumen por encima del 50%.
Conviene seguir la regla del 60/60 cuando se utilizan auriculares, esto es, mantener el volumen por debajo del 60% y limite la escucha a menos de 60 minutos al día.
Es necesario mantener el volumen bajo. Incluso un pequeño descenso del volumen puede ofrecer una protección importante. Como ya se ha señalado, se recomienda un volumen inferior a los 85 dB para una duración máxima de ocho horas al día.
Es recomendable adquirir los últimos auriculares del mercado que mejor se adapten al oído, para bloquear el mayor ruido de fondo posible y poder escuchar a un volumen más bajo. Merece la pena invertir en auriculares hechos a medida en base a una impresión de su canal auditivo. Los auriculares de este tipo bloquean la mayor cantidad de ruido posible, permitiendo escuchar a niveles de volumen muy bajos. Además proporcionan la mejor calidad de sonido.
Hay que educar a niños y jóvenes. La mayoría no sabe que una vez que se ha ido, la audición natural no se recupera.