En estas fechas navideñas, caracterizadas por las reuniones familiares, en las que participan todas las edades, evidencian con frecuencia problemas de comunicación en nuestros mayores, que permanecen aislados, callados o realizan comentarios al margen de la conversación. En gran parte de los casos el trasfondo es una mala audición fruto del desgaste de las células ciliadas por el paso del tiempo, presbiacusia.
Los audífonos permiten a nuestros mayores integrarse en esas reuniones familiares, disfrutando plenamente del momento no solo por la felicidad que implica tener a sus seres queridos reunidos sino también por sentirse parte de la situación. Por supuesto, los audífonos no sustituyen la paciencia, el cariño así como la atención de hijos y nietos.
Es importante destacar que en estas situaciones es muy recomendable que los audífonos cuenten con un sistema direccional. El sistema direccional atenúa los sonidos ambiente y centra la recepción de la señal al frente, donde de manera habitual se sitúa el interlocutor. La prestación de direccionalidad se traduce en confort y participación para el usuario de audífonos. Los audífonos digitales actuales pueden contar con un sistema de direccionalidad más o menos sofisticado, variando desde versiones sencillas de micro dual hasta sofisticados sistemas sincronizados entre los audífonos.
Cuando se trata de comprar un audífono, debemos tener en cuenta este tipo de situaciones en las que la amplificación no es nunca suficiente para una buena comunicación. El mejor asesor es el audioprotesista que le podrá recomendar los modelos más adecuados para el usuario en función del estilo de vida y las situaciones sonoras a las que se enfrente.
Una gran ayuda para nuestros mayores.
Efectivamente la direccionalidad ayuda a todo el mundo, tanto a las personas de edad más avanzada como a los más jóvenes.