En pocos días comienza la Navidad. La Nochebuena se encuentra a la vuelta de la esquina. Y muchas empresas aprovechan el fin de semana previo –el del 17 y 18 de diciembre– para invitar a sus empleados a las tradicionales comidas o cenas de esta época. Unas citas con las que se pretenden humanizar las relaciones laborales. Llegan las cenas de empresa con hipoacusia.
Pero, ¿qué ocurre si alguno de los asistentes sufre hipoacusia? Se trata de un hecho que, en determinados casos, puede suponer un cierto aislamiento de las conversaciones que se producen alrededor de ellos. Sobre todo, en un contexto como las comidas y cenas navideñas, en las que –debido a la distensión general del ambiente– se multiplican las charlas cruzadas y caóticas entre los presentes. Máxime, a partir de ciertas horas… Los habituales problemas de las cenas de empresa con hipoacusia.
A esta realidad se unen otras circunstancias, que dificultan la comprensión de los ciudadanos con sordera. Entre ellas, el elevado ruido ambiental; la distorsión de la articulación de la boca, debido a la masticación y a taparnos la dentadura con la servilleta al hablar; o la iluminación de los restaurantes, que puede ser más tenue que lo habitual. Todo ello, distorsiona la compresión de los comensales con baja audición.
Sin embargo, en la actualidad ya existen algunos mecanismos muy fáciles de ejecutar, que estimulan la inclusión de los presentes. También de aquellos que tengan sordera, para que –de esta forma– disfruten como el que más de este tipo de iniciativas. Entre los mencionados consejos, se encuentran los siguientes:
- Dar a conocer abiertamente el grado de hipoacusia que padecemos: De esta forma, el resto de compañeros lo podrán tener en cuenta y adoptar las estrategias más adecuadas para garantizar la inclusión, como hablar más despacio, no hacer conversaciones secundarias o destaparse la boca cuando se dirijan a la persona en cuestión. Este es otro consejo para las cenas de empresa con hipoacusia.
- Intentar elegir el lugar en el que sentarse: Así se evitará dar la espalda a parte de los comensales y, de esta forma, tener la oportunidad de leerles los labios mientras hablan. Asimismo, los expertos recomiendan hablar con un compañero de confianza para que funja de intérprete de los pasajes menos claros de la plática, en caso de que el barullo general sea muy elevado.
- Solicitar unas condiciones ideales del entorno: Siempre que sea posible, pedir que haya buena iluminación y que se baje la música ambiente, con el fin de poder captar todos los detalles de las conversaciones. No obstante, esta petición puede ser complicada. Sobre todo, en los restaurantes de mayores dimensiones.
- Tener confianza con el interlocutor: Pedir a la persona con quien se esté conversando que repita sus palabras, en caso de que no se hayan entendido bien. Es mejor decir esto a tiempo, que no ser capaz de continuar la charla. Y, sobre todo, saber elegir en qué pláticas se quiere participar y recordar a sus interlocutores que presenten «buenos hábitos de comunicación», como tener destapada la boca y articular correctamente la totalidad de las frases. Este es otro consejo para las cenas de empresa con hipoacusia.
- Utilizar los audífonos con los programas adecuados: Previendo que las condiciones ambientales no sean las más óptimas para alguien con hipoacusia, se puede acudir previamente al especialista para que recomiende qué tecnología puede ser la más adecuada para cada contexto. Los profesionales de Beltone están siempre a su disposición para cuidar de su salud auditiva con las mejores herramientas de diagnóstico y ofreciendo las más avanzadas soluciones para los problemas de audición. La tecnología de los audífonos Beltone permite consultar al especialista a distancia e incluso ajustar los audífonos a distancia. La mejora que presenta el último lanzamiento de ayuda auditiva de Beltone, Beltone Achieve, es, precisamente, la mejora de la inteligibilidad en situaciones de ruido.