¿Cómo cuidar los oídos cuando viajamos en avión?

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oído y avión
oído y avión

Oído y avión. La primera semana de diciembre se distingue, en España, por tener el puente más largo del año. Al haber dos festivos muy seguidos –el 6, día de la Constitución, y el 8, la Inmaculada Concepción–, muchos aprovechamos para conocer nuevos lugares. Por economía de tiempo, gran parte de los viajes los hacemos en avión, un medio de transporte que puede afectar a nuestro sistema auditivo, debido a los cambios de presión existentes durante el viaje. ¿A quién no se le han taponado los oídos al despegar o al aterrizar?

De hecho, los trayectos aéreos –de acuerdo a su propia definición– tienen lugar a una altura muy elevada, en torno a los 10.000 metros. “A mayor altitud, la presión del aire disminuye, lo que puede causar molestias a los oídos”, confirman los expertos en audiología. Las diferencias de presión resienten al oído. Oído y avión.

De hecho, “cuando la presión de la cabina baja repentinamente, se crea una diferencia entre el oído medio y el exterior, que bloquea las Trompas de Eustaquio”. Esta situación se la conoce como «barotrauma». Las circunstancias externas cambian muy rápidamente cuando vamos en avión –sobre todo, en el despegue y el aterrizaje–, por lo que, en muchas ocasiones, el oído interno no puede adaptarse a la nueva realidad, y se generan afecciones relevantes. Oídos y avión.

Por ello, es importante seguir una serie de consejos, para que esta parte de nuestro cuerpo sufra lo menos posible. Entre ellos, masticar, bostezar, ingerir algo sólido o beber líquidos, aunque sea en pequeñas cantidades. Unas propuestas que se han de realizar durante el despegue y el aterrizaje, dos momentos en los que se produce el mayor gradiente de presión.

En caso de que estos consejos no fueran suficientes, el afectado puede desarrollar otro tipo de ejercicios, que también son muy fáciles de acometer. Uno de las más conocidos consiste en inspirar profundamente, para –posteriormente– tapar nariz y boca, e intentar realizar una espiración forzada, al mismo tiempo que se contraen los músculos del abdomen. Es lo que se conoce como «maniobra de Valsalva». Sirve para equilibrar la presión interna del cuerpo y, de esta forma, evitar afecciones en el sistema auditivo.

Una opción que, en el caso del despegue, se puede complementar con la «maniobra de Toynbee». “Es una técnica que ayuda a igualar la presión en los oídos. Se debe apretar la nariz para taparla y tomar unos sorbos de agua, al mismo tiempo que se realiza el gesto anterior”, confirman los investigadores en audición. Oído y avión.

Pero si el afectado realiza todos estos consejos y, aun así, persiste el malestar auditivo, ha de consultar al otorrinolaringólogo. Incluso, si este especialista lo considerara oportuno, cada vez que la persona en cuestión tome un avión, habrá de ponerse una protección auditiva o tapones en los oídos. Dos alternativas no intrusivas, que –sin embargo– aumentarán el confort del ciudadano durante su trayecto.

Todo ello, con el fin de hacer más agradable el viaje. Ahora, que nos encontramos en mitad del puente más importante del año, debemos cuidar nuestra salud auditiva. Un bienestar que comienza desde el mismo momento en el que embarcamos en la aeronave, momento a partir del cual nos sometemos a cambios de presión. ¡Qué un dolor de oído no te fastidie las vacaciones!

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