El vértigo es una sensación de mareo en la que parece que los objetos que tenemos a nuestro alrededor están girando o moviéndose. Aunque existen varias causas que pueden producir vértigos, en muchas ocasiones esta desagradable sensación se asocia a un problema de oído.
El vértigo del oído se caracteriza por una sensación brusca de que todo gira a tu alrededor, aunque también pueden existir otros síntomas, como la pérdida de audición, la sensación de taponamiento o escuchar pitidos. El especialista indicado para establecer un diagnóstico es el otorrino.
Entre las pruebas que nos realizará este profesional si acudimos a él con sensación de vértigo está la audiometría, que nos mide el funcionamiento de la parte del oído encargada de la audición, y la videonistagmografía y la posturografía, que miden el estado de la función del equilibrio del oído. Asimismo, es posible que nos sometan a maniobras diagnósticas. Para ello nos colocarán en diferentes posiciones sobre una camilla con el fin de observar en qué posturas aparece el vértigo y qué características tiene.
Existen varios tipos de vértigos relacionados con el oído. Uno de los más comunes es el vértigo posicional, que dura unos segundos y aparece al mover la cabeza, por ejemplo cuando nos acostamos o levantamos, o al atarnos los cordones de los zapatos. Pero también existen crisis de larga duración, donde el paciente sufre vértigos durante horas o incluso días.
El vértigo posicional mejora tras la realización de una serie de maniobras específicas por parte del especialista, o incorporando sencillos ejercicios de movimiento de cabeza a nuestro día a día. En crisis específicas, más largas y agudizadas, el paciente puede someterse a una operación, si así lo indica el especialista.
Si usted sufre de algún episodio de vértigo se recomienda la asistencia a una unidad especializada, donde le realizarán las pruebas necesarias para establecer un diagnóstico y se le indicarán los tratamientos más eficaces.
