Las personas sordas son uno de los grupos que presentan mejores datos de empleabilidad dentro del colectivo de las personas con discapacidad, tal y como refleja el último informe al respecto elaborado por la Confederación Estatal de Personas Sordas (CERMI).
Aunque hay que tener en cuenta que todavía hay presentes muchas barreras a la hora de conseguir un trabajo, el esfuerzo de la Administración a través de los incentivos para la contratación de personas con discapacidad y la labor realizada por los equipos del empleo del sector asociativo han dado sus frutos.
También es importante la labor de las acciones de orientación y formación. Las diferentes asociaciones y federaciones de personas sordas no solo realizan campañas informativas para el mundo empresarial y el colectivo de las personas sordas, sino que incluso tienen la capacidad de tramitar nuevas contrataciones. Sin embargo, la labor de intermediación laboral que se ha realizado en los últimos años se ha visto afectada por la grave situación económica de los últimos años.
En cualquier caso, en un país donde la tasa de actividad del colectivo de personas con discapacidad es casi 40 puntos inferior a la población sin discapacidad, aún queda mucho por hacer. En este contexto de desempleo, las personas sordas creen necesaria la nueva Ley de Promoción de la Inclusión Laboral de las Personas con Discapacidad.
Por otro lado, si observamos el número de contrataciones de las personas sordas observamos que la mitad de ellas trabajan en la empresa privada. El otro 45% se divide, por este orden, en centros especiales de empleo, ONG y Fundaciones, y organismos públicos. El mayor número de contrataciones corresponden a hombres (52%), y mayores de 30 años (54%), y son las empresas medianas y grandes las que más contratan a personas sordas, especialmente en el sector terciario (66%). El contrato más realizado es el de obra y servicio (35%).
Si atendemos a la cuota legal de reserva del 2% de personas con discapacidad en la plantilla de las empresas privadas, en el 75% de los casos la cuota no se cumple debido al desconocimiento de la verdadera capacidad de trabajo del colectivo sordo y las ayudas y subvenciones existentes.