La OMS estima que casi un 60% de la pérdida de audición en niños menores de 15 años se podría prevenir. Por eso hoy, día de la vuelta al colegio en España, nos toca hablar de las causas de la pérdida de audición en el niño. El porcentaje es mayor en los países de ingresos bajos o medianos (75%) que en los de ingresos altos (49%), debido, probablemente, a que en los más pobres es más frecuente la pérdida de audición debida a las infecciones, y a la mejor calidad de los servicios en los hospitales materno-infantiles.
La hipoacusia en el niño puede tener muchas causas de la pérdida de audición en el niño. Pueden ser congénitas, adquiridas o una combinación de ambas.
Entre las más frecuentes causas de la pérdida de audición en el niño se pueden citar los Factores genéticos, que están detrás de cerca del del 40% de los casos. Conviene señalar que la pérdida de audición es mucho más frecuente en niños nacidos de uniones consanguíneas que en los nacidos de progenitores sin parentesco.
También las afecciones perinatales, como la prematuridad, el bajo peso al nacer, la falta de oxígeno (asfixia perinatal) o la ictericia neonatal pueden provocar la pérdida de audición.
Durante el embarazo, la madre puede ser infectada por virus tales como los de la rubéola o el citomegalovirus, que provocan pérdida de audición en el niño. También la meningitis, las paperas y el sarampión pueden provocar durante la niñez una pérdida de audición. Y atención a las otitis, porque además de la pérdida de audición, pueden provocar complicaciones potencialmente mortales.
Cuidado con las afecciones comunes del oído, porque en los niños pueden provocar pérdida de audición. Es el caso, por ejemplo, de la presencia de tapones de cera o de la otitis media adhesiva no supurada causada por la acumulación de líquido en el interior del oído.
Y el ruido. Los sonidos intensos, incluidos los producidos por dispositivos personales tales como los smartphones o dispositivos MP3 utilizados a gran volumen durante periodos prolongados, pueden causar, con el tiempo, pérdida de la audición. Incluso los sonidos breves de alta intensidad pueden provocar una pérdida de audición permanente. Recordamos aquí, una vez más las formas de medir el ruido para prevenir pérdidas auditivas.
Los medicamentos ototóxicos, como los utilizados en el tratamiento de las infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y el cáncer, pueden provocar una pérdida de audición permanente. También hemos hablado en este blog en alguna ocasión anterior de estos medicamentos.
La importancia de la prevención
En todo caso, y sea cual sea la causa, la detección temprana de la pérdida de audición en la niñez es fundamental. Si su descubrimiento viene acompañado por las intervenciones necesarias, puede reducir al mínimo el retraso en el desarrollo del niño.
Según las investigaciones, los niños que nacen sordos o sufren una pérdida de audición a edad muy temprana pero son objeto de las intervenciones apropiadas dentro de los seis primeros meses de vida, al cumplir cinco años, y si no hay otros trastornos, están en plena igualdad con respecto a niños que presentan una audición normal. Cuando la pérdida de audición se presenta a una edad más tardía, las revisiones auditivas, preescolares y escolares, pueden detectarla eficazmente poco después de su aparición, limitando así su impacto negativo. En otro post, ya os hablamos de la importancia de la detección precoz de la hipoacusia.
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Fuente OMS.