A finales de enero, se celebra –en España– el día de los periodistas. Pero, ¿por qué se eligió esta fecha? Se trata del momento en el que se homenajea al patrón de los informadores, San Francisco de Sales, quien recibió dicho reconocimiento por parte del Papa Pío XI en 1923. Este santo y doctor en Humanidades –que se ordenó sacerdote a los 26 años–, destacó por su gran capacidad comunicativa a través de la escritura. Hablamos hoy de hipoacusia y medios de comunicación.
Por ello, hace 100 años el Sumo Pontífice aseguró que era imprescindible que los comunicadores «muestren que el rigor siempre ha estado unido a la moderación y la caridad, que era la característica especial de San Francisco». Además, el máximo responsable de la Iglesia católica enfatizaba que los profesionales de los medios de comunicación «deben guardarse de faltar a la verdad, e –incluso– han de reducirla o disimularla con el pretexto de evitar la ofensa de los adversarios». Por ello, Pio XI consideró a este San Francisco como patrón de los periodistas.
Un siglo después de estas aseveraciones, las fórmulas comunicativas más seguidas por la ciudadanía son la radio y la televisión. Pero, ¿las personas con hipoacusia pueden disfrutar de estas alternativas? Actualmente, existen muchas opciones que permiten el seguimiento de los contenidos por parte de las personas con baja audición. Cada vez son más habituales los intérpretes de signos en los espacios televisivos, que van adaptando dichas transmisiones a la audiencia con sordera. Asimismo, también se ha de mencionar el subtitulado de los diferentes informativos y programas, para que sean leídos por los ciudadanos afectados por hipoacusia. Hipoacusia y medios de comunicación.
Sin embargo, la radio es un medio más complicado para poder aplicar las mencionadas aclimataciones, al ser una fórmula eminentemente sonora. Empero, ya no hay nada imposible. Algunas empresas radiofónicas están transcribiendo sus contenidos –tanto los emitidos en directo como en los podcasts– para ofrecerlos a sus oyentes con sordera. Y para completar este servicio, también se incluyen imágenes junto a los textos, con el fin de que los oyentes con baja audición se hagan una idea más fidedigna de lo relatado en las emisiones radiofónicas.
Asimismo, y con esta misma meta, se intenta –en dichos contenidos escritos– mantener el mismo ritmo que en lo comunicado durante los programas. Gracias a esta estrategia, se puede ejecutar una suerte de «traducción simultánea». Como consecuencia, la totalidad de la audiencia se puede sentir integrada.
En todo caso, los fabricantes de audífonos llevan muchos años trabajando en esta cuestión. En el año 2010, Beltone lanzaba al mercado su primera línea de accesorios que permitía conectarse de manera inalámbrica con cualquier dispositivo electrónico, incluida, por supuesto, la televisión o cualquier reproductor de sonido, o el móvil, ecualizando la escucha a la pérdida auditiva del usuario. En 2012, llegaba la primera conexión de los audífonos directa con el móvil, sin dispositivos intermedios. En todo este tiempo, la tecnología no ha hecho más que avanzar, conectando a las personas con pérdida auditiva no solo a los medios de comunicación, sino también a la vida online de hoy.
Ahora, sólo falta que el desarrollo tecnológico permita la llegada de nuevos receptores radiofónicos, que permitan sentir los contenidos hablados por parte –también– de las personas sordas. Algo que podría ocurrir a través de vibraciones o destellos luminiscentes, como ya está ocurriendo en la música. De esta forma, los ciudadanos con hipoacusia tendrán la oportunidad de disfrutar –al 100%– de todos los medios de comunicación. Sobre todo, en momentos como la semana del 24 de enero, cuando se habla tanto de las necesidades del periodismo…
