La utilización de audífonos en el mundo

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Alrededor de 360 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante en todo el mundo, lo que supone más del 5% de la población mundial, entre los que se encuentran 32 millones de niños. A esta cifra se le une que una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante, según los datos del estudio “Sordera y pérdida de la audición”, llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud.

Una de las principales consecuencias de la pérdida de audición es la limitación de la capacidad de la persona para comunicarse con los demás y el acceso limitado a determinados servicios, que pueden generar sensación de soledad, aislamiento y frustración. Pero un gran porcentaje de las personas que sufren de pérdida de audición podrían mejorar su situación mediante la detección e intervención tempranas, y el tratamiento adecuado.

La situación de este colectivo puede mejorar con la utilización de audífonos y dispositivos de ayuda auditiva, pero como los problemas de audición tienen la máxima prevalencia en Asia meridional, Asia-Pacífico y África subsahariana, y principalmente en países con ingresos medios y bajos, la OMS calcula que la producción actual de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales.

Según el informe de la organización, aproximadamente el 40% de las personas que necesitan un audífono no cuentan con uno. En los entornos de ingresos bajos, el principal problema que justifica la ausencia de los audífonos necesarios es la falta de baterías y de servicios de ajuste y de mantenimiento.

La OMS insta a desarrollar en todos los países programas de atención primaria que tengan relación con el oído y la audición. En este sentido, la labor de la organización se centra, entre otras cuestiones, en promover la sensibilización respecto a la magnitud, las causas y las consecuencias de la pérdida de audición, así como las posibilidades existentes en prevención, detección y tratamiento.