Ruido en la oficina. Trabajar con ruido no solo es algo molesto. También se ha convertido es una de las mayores fuentes de estrés laboral. Así lo acredita el estudio “Acoustical quelity in office workstation as assesed by occupants surveys”, de Indoor Air. Además, también señala que una mala acústica es la principal causa de insatisfacción de los trabajadores que cada día acuden a su puesto de trabajo.
Ruido en la oficina. Un buen ambiente acústico no solo ayuda a los trabajadores a dar lo mejor de sí mismos. También contribuye a que los empleados no cometan errores. Esto se traduce en una mejora de la cuenta de resultados de la empresa. Trabajar en un ambiente laboral silencioso hace que el rendimiento intelectual en tareas de gran concentración aumente hasta un 50%. Lo contrario ocurre con las interrupciones por ruido. Estas pueden duplicar la probabilidad de cometer errores. Las empresas que evitan realizar las inversiones necesarias para aislar a sus empleados del ruido se exponen a perder hasta 24 jornadas productivas al año.
Ruido en la oficina. El trabajo en una oficina se divide, por regla general, en momentos de gran concentración y la necesidad de comunicarse con otros compañeros o superiores, bien por motivos laborales o como momentos necesarios de desconexión o descanso. El gran desafío de los espacios diáfanos, tan comunes en las oficinas hoy en día, es evitar que el ruido se propague. Así se respeta tanto el tiempo de trabajo como el orientado a la comunicación. Y al tiempo, se garantiza la privacidad necesaria de los empleados.
Ruido en la oficina. Teniendo en cuenta que el ruido de una fuente puede propagarse en un radio de acción de más de 20 metros, las molestias provocadas por ruidos se traducen en un 15% de tiempo de trabajo improductivo.