Llegó, por fin, el invierno y con él el frío, la humedad y los cambios súbitos de temperatura provocados por el paso en segundos de interiores con calefacción a exteriores gélidos. El oído es uno de los órganos más sensibles a estas alteraciones así que son necesarias ciertas precauciones imprescindibles en el cuidado de los oídos en invierno: no hay que bajar la guardia.
Los niños son los principales afectados por estos problemas y la otitis es el principal de ellos ya que las trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente. Esta inflamación de los espacios del oído interno provoca un dolor intenso que puede prolongarse en el tiempo si es detectado tarde. Hay que estar atentos si el niño llora y se lleva la mano a las orejas, seña de que puede padecer otitis. El tratamiento es sencillo y suele bastar la toma de antibióticos durante 10 ó 15 días. El doctor de medicina general Alfredo García nos aclara conceptos: “Los antibióticos solo funcionan si la infección es bacteriana y no deben tomarse desde el primer día de las molestias. Conviene esperar una jornada o dos por si la inflamación remite por sí sola. Pero si la otitis está provocada por un virus no sirven de nada”. Los remedios caseros tienen su importancia. “Por supuesto -continúa el Dr. García- son un excelente complemento al tratamiento de antibióticos, analgésicos o antiinflamatorios. El principal es el calor seco. Basta con llenar con agua muy caliente una bolsa térmica, cubrila con un paño limpio y colocarla sobre el oído infectado. Los aceites de ajo y de lavanda, de propiedades antisépticas, pueden aplicarse directamente sobre el oído, echando 2 ó tres gotas con un gotero. También funciona el vapor de eucalipto, aplicado también sobre el oído. Nuestras abuelas aplicaban una infusión de manzanilla con una cucharadita de aceite. Son trucos antiguos muy eficaces para una patología muy común que todos sufrimos en alguna ocasión en nuestra vida, pero ¡ojo! Si hay fiebre hay que acudir al médico y comenzar un tratamiento más adecuado y ‘serio’”.
No obstante, si la infección no desaparece con estos tratamientos o si se repite durante un corto periodo de tiempo, el médico puede recomendar la colocación de tubos de timpanostomía, que permiten la entrada de aire en el tímpano y así poder drenar líquidos. Se aplican con anestesia general y se desprenden por sí solos.
Para paliar o evitar estos problemas, es imprescindible proteger los oídos de las bajas temperaturas con gorros, bufandas u orejeras. El consumo de alimentos ricos en Vitamina B-12, como los huevos, la leche, hígado de ternera, el atún o las almejas, previenen la anemia y benefician el sistema nervioso y auditivo. Además, aunque se sufra un molesto catarro, es conveniente utilizar la vida nasal para respirar, ya que es la encargada de calentar y humedecer el aire frío del invierno. Si eres usuario de audífonos, es básico mantenerlos siempre calientes, sin dejar que la batería se enfríe o se moje, pero evitando ponerlos encima de una calefacción o estufa.
Son, en definitiva, consejos muy fáciles de aplicar y que son útiles para prevenir males mayores. ¡Feliz Año Nuevo a todos!
Óscar Cabrera