Logopedia e hipoacusia

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Logopedia e hipoacusia
Logopedia e hipoacusia

Hoy hablamos de Logopedia e hipoacusia. La Unión Europea ha establecido el 6 de marzo como fecha para celebrar el Día Europeo de la Logopedia. Creado en 2004 por el Comité Permanente de Logopedas de la UE, su objetivo principal es crear una concienciación pública acerca de los trastornos de comunicación y sus efectos sobre la salud humana, además de buscar soluciones y formas de ayudarles. Una filosofía de la que también se benefician las personas con hipoacusia.

De hecho, en el Informe Mundial sobre la Audición, elaborado en 2021, la OMS avisa que una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050. La pérdida de audición puede acarrear problemas en la capacidad comunicativa, en la salud mental y en las relaciones sociales. La gran deficiencia en la mayoría de sistemas nacionales de salud de los países radica en la falta de recursos humanos y que no está integrado dentro de la atención primaria, por lo que conlleva serias dificultades para su diagnóstico y posterior seguimiento y tratamiento, impidiendo que las personas con dicho problema puedan acceder a ella.  En el mismo informe también se detalla que estas dificultades se pueden solventar mediante su integración de la atención otológica y de la audición en la atención primaria. Hoy hablamos de logopedia e hipoacusia.

Uno de los principales tipos de pérdida auditiva es la hipoacusia. Consiste en la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos (pérdida auditiva que no supera los 70dB) y suelen presentarse con síntomas como, por ejemplo, dificultad para seguir conversaciones con más de dos participantes o sensación de estar mareado y sentir presión en el oído. No debemos de confundirla con la sordera, que es la pérdida de audición que supere los 70 dB, y que altera la capacidad para la recepción, discriminación, asociación y comprensión de los sonidos, por lo que quien la padece utiliza la comunicación visual, tanto leyendo los labios como utilizando señas.

Por suerte, existen los logopedas. Su objetivo principal es proporcionar todas las necesidades lingüístico-comunicativas, educativas y psicológicas de la población, tanto infantil como adulta, con el fin de potenciar al máximo su capacidad de desarrollo y bienestar. Estos especialistas son una parte importante para el tratamiento de la hipoacusia, ya que son los encargados de tratar las patologías relacionadas con el lenguaje, el habla, la voz y la audición a través de sesiones preparadas previamente y realizando diferentes ejercicios, según las diferentes necesidades del paciente.

Lo más importante es que los logopedas mantienen contacto continuo con familiares y cuidadores del paciente, así como maestros, personal sanitario en residencias de ancianos y en hospitales. De esta forma, actúan como un actor importante en la función educativa y preventiva ante los problemas de comunicación que sufren las personas con pérdida de audición. Hay que destacar que otro factor primordial para un tratamiento logopédico es la absoluta colaboración y comprensión de los familiares del sujeto, para así facilitar y ser una muestra de apoyo en este difícil proceso.

En consecuencia, su trabajo es fundamental también para las personas con baja audición.  Por ello, el desempeño de estos profesionales se ha de poner en valor en la sociedad. Una circunstancia que ya se mencionaba el pasado 6 de marzo, Día Europeo de la Logopedia.

Y, por supuesto el trabajo combinado con los profesionales de la audición para la adaptación de audífonos, resulta fundamental, tanto para adultos como para niños, puesto que el aprendizaje del lenguaje es fundamental en niños con pérdida auditiva para su desarrollo personal. Funcionalidades como por ejemplo la adaptación en remoto, y la posibilidad de hacer ajustes para el paciente en estas circunstancias, por ejemplo para mayores que viven en residencias, resulta de gran utilidad para estos pacientes.

 

 

 

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