Cuidado del oído de los niños. La higiene del oído es imprescindible en cualquier edad. Pero en niños pequeños hay que tomar ciertas precauciones. Es normal que los padres sientan dudas acerca de cómo deben mantener la higiene de los oídos de sus hijos. Estos breves consejos pueden ayudarles a hacerlo correctamente:
Limpieza superficial: resulta difícil que un recién nacido tenga suciedad en los oídos, por lo que la limpieza diaria no se considera necesaria. Si se hace, debe ser superficial. Podremos notar que nuestro pequeño, con el paso de las semanas, tiene algo de cerumen, lo cual se considera normal. Cuidado del oído de los niños.
No introducir ningún objeto: es absolutamente imprescindible es no meter ningún objeto en el oído del bebé. Por ejemplo, gasas o bastoncillos de algodón. El cerumen que vemos es necesario para proteger el oído y si introducimos algún objeto podríamos ocasionar un tapón de cera. O algo más grave, como un daño en el tímpano, especialmente teniendo en cuenta que los bebés pueden hacer un movimiento involuntario con su cabeza en el proceso. Cuidado del oído de los niños.
Limpieza de las orejas de un recién nacido: para lavar las orejas del bebé podemos utilizar un paño humedecido en agua templada, pero siempre en aquellas zonas a las que podemos acceder fácilmente. Para evitar la introducción de suciedad los movimientos siempre tienen que ser de dentro hacia afuera. Cuidado del oído de los niños.
Limpieza de oídos de niños: según van creciendo podemos lavar los oídos de los niños con un poco de agua enjabonada a la hora del baño. Hay que tener cuidado para que, cuando lavemos la cabeza, no se introduzca en el pabellón auditivo. Para ello bastará con girar la cabeza del pequeño cuando vayamos a lavarle la cabeza. Después, conviene secar bien las orejas con una toalla de algodón.
Revisión del cerumen: resulta conveniente examinar la cera que puede soltar el bebé de forma natural. Debe ser de color amarillo claro o algo más pigmentada, pero no muy oscura. Si tiene un color muy oscuro conviene una revisión con un especialista para descartar cualquier problema.
Control por el especialista: según crezca el bebé resulta adecuado consultar con el pediatra la conveniencia de realizar un control de audición, especialmente si notamos que el niño no gira la cabeza hacia los ruidos en el momento en que tiene edad para poder hacerlo.