Hablar con propiedad

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Hablar con propiedad. En un reciente comunicado de prensa, la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas) ha pedido a los medios de comunicación españoles su colaboración para erradicar ‘mitos’ y ‘expresiones erróneas’ sobre las personas sordas.

¿A qué se refiere? Con frecuencia, los periodistas publicamos o hablamos de este importante sector de la sociedad de forma desacertada o incorrecta. Por ejemplo, existen personas sordas, no sordomudos, un término falso en la mayoría de las ocasiones y que puede resultar hiriente. “Es un estigma con el que la sociedad ha definido tradicionalmente al colectvivo y responde a una idea de una ‘aparente’ incapacidad para comunicarse”, contesta Concha Díaz, presidenta de la CNSE.

En un reciente comunicado de prensa, la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas) ha pedido a los medios de comunicación españoles su colaboración para erradicar ‘mitos’ y ‘expresiones erróneas’ sobre las personas sordas. ¿A qué se refiere? Con frecuencia, los periodistas publicamos o hablamos de este importante sector de la sociedad de forma desacertada o incorrecta. Por ejemplo, existen personas sordas, no sordomudos, un término falso en la mayoría de las ocasiones y que puede resultar hiriente. “Es un estigma con el que la sociedad ha definido tradicionalmente al colectvivo y responde a una idea de una ‘aparente’ incapacidad para comunicarse”, contesta Concha Díaz, presidenta de la CNSE.

El colectivo de discapacitados auditivos es muy heterogéneo. Hay personas que solo se comunican con el lenguaje de signos (que, además, es diferente según países y comunidades autónomas), otras pueden leer los labios, si la luz y la predisposición es adecuada, y otras necesitan audífonos pero todas pueden hablar.

A esta diversidad, hay que añadir otro problema: la nula visibilidad de personas sordas en el cine y la televisión. Prácticamente solo vemos el lenguaje de signos en la pequeña pantalla cuando se retransmite en directo algún evento importante (la investidura de Rajoy, por ejemplo) pero no existen actores sordos en nuestras pantallas, un hecho sorprendente teniendo en cuenta que casi 2 millones de personas sufren algún nivel de esta discapacidad en nuestro país.

Así pues, ¿qué soluciones propone la CNSE?. Fácil. La creación o adaptación de programas para personas sordas, incluso realizadas por ellas mismas. “Debe garantizarse la presencia de un profesional de la interpretación cuando sea necesario”, continúa Concha Díaz, que también señala la necesidad de un buen subtitulado en todos los contenidos televisivos. Todo el mundo tiene derecho a la información… y al ocio.

Óscar Cabrera.
El colectivo de discapacitados auditivos es muy heterogéneo. Hay personas que solo se comunican con el lenguaje de signos (que, además, es diferente según países y comunidades autónomas), otras pueden leer los labios, si la luz y la predisposición es adecuada, y otras necesitan audífonos pero todas pueden hablar.

A esta diversidad, hay que añadir otro problema: la nula visibilidad de personas sordas en el cine y la televisión. Prácticamente solo vemos el lenguaje de signos en la pequeña pantalla cuando se retransmite en directo algún evento importante (la investidura de Rajoy, por ejemplo) pero no existen actores sordos en nuestras pantallas, un hecho sorprendente teniendo en cuenta que casi 2 millones de personas sufren algún nivel de esta discapacidad en nuestro país.

Así pues, ¿qué soluciones propone la CNSE?. Fácil. La creación o adaptación de programas para personas sordas, incluso realizadas por ellas mismas. “Debe garantizarse la presencia de un profesional de la interpretación cuando sea necesario”, continúa Concha Díaz, que también señala la necesidad de un buen subtitulado en todos los contenidos televisivos. Todo el mundo tiene derecho a la información… y al ocio.

Óscar Cabrera