Con la llegada del verano, muchas personas viven una época de gran actividad. El final del curso escolar, el cierre de proyectos laborales antes de las vacaciones y los preparativos para el descanso estival generan, en muchos casos, un notable aumento del estrés. Este estado de tensión emocional puede tener consecuencias en diferentes aspectos de la salud, desde el sistema digestivo hasta el inmunológico. Sin embargo, existe una relación menos conocida y cada vez más estudiada: la que conecta estrés y audición.
El estrés, sobre todo cuando se mantiene durante largos periodos, tiene un impacto profundo en el cuerpo humano. Ante una situación percibida como amenazante, el organismo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas sustancias preparan al cuerpo para reaccionar rápidamente, pero también alteran el funcionamiento de sistemas como el cardiovascular y el nervioso. A nivel auditivo, uno de los efectos más relevantes es la reducción del flujo sanguíneo hacia el oído interno, una zona extremadamente sensible que requiere un aporte constante de oxígeno y nutrientes. Esta conexión entre estrés y audición está siendo cada vez más reconocida por la comunidad científica.
Estudios como el publicado en The Journal of Neuroscience en 2011 muestran que el estrés crónico puede provocar cambios fisiológicos en el oído interno, especialmente en la cóclea, donde se encuentran las células ciliadas encargadas de transformar las ondas sonoras en señales nerviosas. Cuando este riego se ve comprometido de forma repetida o prolongada, pueden producirse daños irreversibles que afectan a la capacidad auditiva.
Una de las manifestaciones más frecuentes del impacto del estrés en el oído es la aparición de acúfenos o tinnitus, esa percepción constante de zumbidos, pitidos u otros sonidos que no provienen del entorno. Aunque el tinnitus tiene múltiples causas, te las hemos contado en otras ocasiones aquí, entre ellas la exposición a ruidos intensos o ciertos medicamentos, el estrés es uno de los factores más estrechamente asociados a su aparición y agravamiento. Investigadores como Kim, Lee, Kim y Park, en un estudio publicado en Noise & Health en 2019, analizaron datos de población general y hallaron una relación significativa entre altos niveles de estrés percibido y la aparición de tinnitus, especialmente en personas sometidas a entornos emocionalmente exigentes. De hecho, el tinnitus es uno de los síntomas auditivos más citados al hablar de estrés y audición.
Además, el vínculo entre el estrés y el tinnitus parece funcionar en ambas direcciones. Es decir, no solo el estrés puede desencadenar o intensificar el tinnitus, sino que el tinnitus en sí mismo puede convertirse en una fuente de estrés y ansiedad para quienes lo padecen. Este círculo vicioso ha sido ampliamente estudiado y es la base de muchas terapias actuales, que combinan el abordaje auditivo con técnicas de manejo emocional como la terapia cognitivo-conductual o la práctica de mindfulness.
Durante épocas de gran actividad, como la que muchos viven antes de las vacaciones, es especialmente importante prestar atención a las señales que envía nuestro cuerpo. Problemas para concentrarse, dificultad para dormir, irritabilidad o dolores musculares son algunos de los síntomas comunes del estrés, pero no hay que olvidar otros menos evidentes, como la sensación de oído taponado, pitidos continuos o una ligera pérdida auditiva. Estos cambios, aunque puedan parecer pasajeros, merecen ser valorados por un especialista. Detectar a tiempo los efectos del estrés en la audición puede marcar la diferencia.
Cuidar de la audición implica también cuidar del equilibrio emocional. Incorporar pequeñas rutinas de autocuidado, procurar un descanso adecuado y evitar la exposición prolongada a ruidos intensos son medidas sencillas que pueden tener un gran impacto en nuestra salud auditiva. Porque escuchar bien no depende solo del oído: también está profundamente conectado con cómo nos sentimos. Y comprender la relación entre estrés y audición puede ayudarnos a proteger ambos aspectos con mayor conciencia.
Si notas cambios en tu audición, pitidos persistentes o molestias en los oídos en momentos de mucho estrés, lo mejor es consultar con un profesional de la audición. Una revisión a tiempo puede detectar alteraciones tempranas y ayudarte a recuperar el bienestar auditivo. En Beltone, nuestros especialistas están para acompañarte y orientarte en cada paso del cuidado de tu oído.