La sordera súbita es la pérdida de audición, entre moderada y grave, que se desarrolla en pocas horas. Esta pérdida repentina de audición neurosensorial es comúnmente conocida como síndrome de sordera súbita y se suele producir de manera inexplicable, ya sea de pronto o en el transcurso de unos días, afectando, por lo general, a un solo oído.
La sordera súbita ocurre porque algo deja de funcionar en los órganos sensoriales del oído interno. Sus causas no están determinadas, pero se dividen en tres categorías: causa desconocida, suceso evidente o enfermedad subyacente, aunque tan solo el 10% de los casos tiene una causa identificable.
Entre las causas desconocidas, existen varias teorías que incluyen infecciones víricas, reacciones autoinmunes o el bloqueo de los pequeños vasos sanguíneos del oído interno.
Cuando las causas son desconocidas, se suele aplicar al paciente un tratamiento a base de corticoesteroides cuya función, entre otras, es reducir la inflamación.
Como sucesos evidentes se consideran los traumatismos o las infecciones cerebrales. También se incluyen en este apartado los fármacos ototóxicos, que como efectos secundarios puede dañar el sistema auditivo.
Por último, están las enfermedades subyacentes como pueden ser tumores, cáncer o algunos tipos de esclerosis, que pueden afectar al funcionamiento del oído interno.
Las personas con sordera súbita suelen descubrir que han perdido la audición al despertarse por la mañana. En algunos casos, justo antes de perder la audición sienten un fuerte sonido explosivo, como un “pop”. A menudo este trastorno va acompañado por otros síntomas como sensación de oído lleno, zumbidos o mareos.
A veces, las personas que sufren esta patología no acuden al médico de manera inmediata, ya que, se tiende a relacionar la pérdida auditiva con problemas comunes como alergias, sinusitis o cera en el conducto auditivo.
La mitad de las personas con sordera súbita recuperan parte o toda la audición de manera espontánea en el transcurso de una o dos semanas desde el inicio de los síntomas, pero retrasar el diagnóstico y el posible tratamiento, puede disminuir la posibilidad de recuperación. Los expertos calculan que cada año la sordera súbita afecta a entre 1 y 6 personas de cada 5000, aunque la cantidad real de casos podría ser mucho mayor, debido a su difícil diagnóstico.
La sordera súbita puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en aquellas con edades comprendidas entre 45 y 55 años. No obstante, en cualquier caso, lo mejor, es ante la presentación de síntomas de pérdida auditiva o tras un traumatismo, aunque sea leve, realizar una audiometría de control.
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https://www.nidcd.nih.gov/es/espanol/sordera-subita
Eva Plaza
Gracias por la informacion creo que la sordera subita es justo lo que me esta pasando a mi…