Cada estación tiene sus propios sonidos. Los otorga la naturaleza, pero también el acontecer cotidiano de cada lugar. Los meses de verano se caracterizan por poseer unos sonidos diferentes a los del resto del año.
Aún no ha amanecido cuando ya podemos oír los primeros cantos de los pájaros a través de las ventanas abiertas. Podemos escuchar la cortadora de césped o la radio del vecino. Los niños que pasan en bicicleta por las calles, o en los parques, el sonido de los columpios. E indudablemente un indiscutible sonido del verano es el de los chapuzones en el agua.
Suenan en cada instante y de manera diferente, el mar y la montaña, la ciudad y el campo. El verano está plagado de sonidos relajantes y placenteros como el zumbido de las abejas, el de la brisa, los grillos y las cigarras, el correr de una fuente o de un río, y como no, el sonido de las olas del mar.
Pero existen otros sonidos característicos del verano, incluso en este año inusual de pandemia. El bullicio en las calles, los conciertos o los eventos deportivos, que ya vuelven a contar con público, son otros de los sonidos propios de la época estival que pueden tener consecuencias negativas en nuestra salud auditiva.
Algunos ejemplos de actividades ruidosas que se realizan en verano son:
- Cortar el césped
- Usar herramientas eléctricas de jardín: podadora, motosierra, etc.
- Asistir a conciertos musicales
- Montar en moto acuáticas
- Asistir a eventos deportivos
- Ir al cine
- Los petardos y fuegos artificiales
Estas actividades pueden producir niveles de sonido perjudiciales, y la exposición repetida a los mismos a lo largo del tiempo puede causar pérdida de audición.
El ruido fuerte puede dañar partes sensibles del oído, causar zumbidos en los oídos (tinnitus), una mayor sensibilidad al sonido (hiperacusia) y pérdida auditiva.
Evitar estas situaciones ruidosas es la mejor prevención. Pero si no se puede evitar el ruido, es recomendable usar una protección auditiva adecuada.
En los eventos públicos es recomendable:
- Mantenerse alejado de las fuentes de ruido, como los altavoces, especialmente en el caso de niños.
- Limitar, en la medida de lo posible, el tiempo de exposición a sonidos fuertes.
- Poner atención a las señales de advertencia sobre ruidos fuertes o que recomienden protección auditiva.
En casa, también hay que tomar precauciones:
- Mantener bajo el volumen de radio, televisión o música.
- Reducir el tiempo de exposición, por ejemplo, cuando se escucha música con auriculares.
- Usar protecciones auditivas en caso de utilizar utensilios o aparatos ruidosos como el cortacésped.
Además, es recomendable realizar revisiones periódicas de la audición, y más aún en caso de exposición a ruidos fuertes o continuados.
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https://www.elcorreogallego.es/hemeroteca/sonidos-verano-HJCG945103
https://www.cdc.gov/nceh/hearing_loss/toolkit/protect_your_hearing_this_summer_es.html
