Los oídos de nuestros jóvenes, en peligro. De nuevo, una encuesta ha despertado las alarmas entre diferentes sectores de la sociedad preocupados por la salud de nuestros jóvenes.
Los oídos de nuestros jóvenes, en peligro. La asociación francesas JNA (Journée Nationale de l’Audition) ha publicado este mes un estudio que señala que un chaval de cada cinco en el país sufre pérdida de audición, un 49 por ciento de los jóvenes interrogados ha experimentado dolor de oídos y el 21 por ciento ha sufrido alguna vez dolores fuertes y constantes en el oído interno. ¿Las causas? Las habituales: el uso de auriculares y, en menor medida, los conciertos y las fiestas.
Ya hemos advertido aquí que no es prudente oír música a volúmenes superiores a 100 decibelios y, con auriculares, 60 db. Es más, utilizar más de 15 minutos estos dispositivos puede entrañar daños temporales e incluso permanentes en el oído interno. Pero las costumbres de nuestros jóvenes transitan en sentido contrario. Es raro el que no camina por la calle con el móvil en la oreja o, peor, con unos auriculares cada vez más potentes y extravagantes con lo que el peligro de tínnitus (o acúfenos) y sordera se multiplica geométricamente. La solución vuelve a ser urgente: evitar los sitios ruidosos, incluso en la calle (obras, música, motores…) y recomendar a todos el uso de tapones cuando el alto volumen es previsible, como ocurre con los conciertos de rock o las sesiones de música electrónica. Si no vigilamos estas circunstancias, nos avecinamos a calles llenas de ruido… y habitadas por sordos.