Hoy, te vamos a mostrar curiosidades auditivas que quizás no conocías, y, de paso, las increíbles cifras del oído humano. La audición es uno de nuestros sentidos más potentes y precisos, y sin embargo muchas veces pasa desapercibido hasta que notamos algún problema. En este artículo, exploramos algunas cifras sorprendentes sobre la capacidad del oído humano y cómo nos situamos frente al reino animal.
Las increíbles cifras del oído humano nos revelan su extraordinaria capacidad para detectar sonidos. El oído humano puede identificar una amplia gama de frecuencias sonoras. En la frecuencia más baja, podemos oír sonidos tan graves como 20 hercios (Hz). Por debajo de eso se encuentran los infrasonidos, que no los percibimos, pero sí pueden tener efectos físicos o emocionales.
En cuanto a la frecuencia más alta, el límite superior ronda los 20.000 Hz en una persona joven. A medida que envejecemos, este umbral se reduce, especialmente en las frecuencias agudas.
Algunos animales superan con creces las increíbles cifras del oído humano. Por ejemplo, un murciélago puede escuchar sonidos de hasta 120.000 Hz, lo que le permite orientarse en la oscuridad mediante ecolocalización.
¿Cuál es la distancia máxima a la que podemos oír? Aunque depende de factores como el volumen del sonido, las condiciones del entorno o el nivel de ruido ambiente, en condiciones ideales podemos detectar sonidos suaves, como un reloj de pulsera, a unos 6 metros de distancia.
En cuanto a los sonidos fuertes, como una explosión o un grito, pueden llegar a ser escuchados a más de un kilómetro, si el entorno es abierto y silencioso.
En el agua, el sonido viaja más rápido y más lejos que en el aire, lo que permite a especies marinas comunicarse a grandes distancias.
Una precisión milimétrica. El tímpano humano puede reaccionar a vibraciones de menos de una diezmilésima de milímetro. El oído puede distinguir entre más de 300.000 sonidos distintos. El sistema auditivo es tan preciso que podemos localizar la procedencia de un sonido con una desviación de apenas unos grados.
Y, como estamos con respecto al mundo animal
El ser humano está bien equipado para la vida social y el lenguaje, pero en términos de alcance auditivo puro, muchos animales nos superan:
Perros: Hasta 45.000 Hz. De ahí que puedan oír silbatos que para nosotros son completamente inaudibles.
Elefantes: Se comunican mediante infrasonidos (por debajo de 20 Hz) a distancias de hasta 10 kilómetros.
Búhos: Pueden localizar presas por el sonido en la oscuridad absoluta gracias a un sistema auditivo asimétrico.
Y además, como curiosidades, podemos decir que el oído no se “apaga”. Incluso durante el sueño sigue captando sonidos, aunque el cerebro filtre los que no considera importantes. La cera del oído, aunque molesta, es una defensa natural: atrapa partículas, repele el agua y protege contra bacterias. El equilibrio corporal también depende del oído interno, lo que explica por qué problemas auditivos pueden causar vértigos o mareos.
El oído humano es una obra de ingeniería biológica de altísima precisión. Entender su funcionamiento y sus límites nos ayuda a valorar su cuidado. A medida que envejecemos, es normal que nuestra capacidad auditiva se vea afectada, pero hoy en día existen soluciones tecnológicas que permiten seguir disfrutando plenamente del mundo sonoro.
En Beltone trabajamos para que ninguna persona deje de escuchar lo que realmente importa.
