¿Cuáles son los síntomas de la presbiacusia?. La presbiacusia se puede definir como la incapacidad total o parcial, según el caso, para escuchar sonidos. Afecta aproximadamente al 23% de la población mundial entre los 65 y 75 años; al 40% mayor de 75 años y a más del 80% en mayores de 85 años. ¿Quieres conocer sus primeros síntomas?
En todo caso, conviene no descuidarse, puesto que existen casos de presbiacusia en individuos en la década de los veinte. A partir de los 45 años -y en sociedades tan ruidosas como la nuestra incluso antes de esa edad- es recomendable revisarse los oídos, sobre todo cuando hay antecedentes familiares de pérdida auditiva. En función de los hallazgos, estas revisiones se deben repetir con más o menos frecuencia.
En cuanto a los síntomas, no es necesario notar que no se oye en cuanto a cantidad, basta con percibir que no se entienden bien las conversaciones para que nos hallemos ante una posible pérdida auditiva. Cuando se empieza a no entender algunas cosas, debe encenderse la señal de alarma. A veces las pérdidas no tienen solución -de ahí la importancia de detectarlas a tiempo para que no vayan a más- pero otras veces sí la tienen, si son detectadas precozmente. Recordemos que el oído es un sentido agradecido, que admite múltiples soluciones o “complementos”.
La persona con presbiacusia incipiente nota que le cuesta más trabajo oír sonidos de alta frecuencia, por ejemplo, cuando habla otra persona. Los síntomas más comunes son que algunos sonidos parecen demasiado fuertes, la dificultad para oír en ambientes ruidosos, que resulta complicado distinguir entre sí sonidos de tono alto como “s” o “ch” o que las voces de hombres son más fáciles de oír que las de las mujeres.
Las terminaciones nerviosas minúsculas del interior del oído son las que nos permiten escuchar. Recogen las ondas sonoras y las convierten en señales que el cerebro interpreta como sonidos. La presbiacusia, o hipoacusia relacionada con la edad, sobreviene cuando se dañan, o mueren. Las células pilosas que las integran no se regeneran, lo que da lugar a la pérdida de la audición incluso de manera permanente.
Pero no sólo la edad desencadena, o contribuye a desencadenar, la presbiacusia. Otros factores también son importantes. La genética, la exposición repetitiva a ruidos fuertes, el tabaquismo y afecciones médicas o medicaciones puntuales.