¿Vértigo o mareo? ¿Cuál es la diferencia? Cuando nos sentimos mareados, estamos aturdidos, confundidos o desorientados. El término mareo describe sensaciones como desvanecimiento, atontamiento, debilidad o inestabilidad. Los mareos que crean la falsa sensación de que tú o el entorno están girando o moviéndose se conocen como vértigo. El movimiento no es real, pero lo percibimos como tal.
Un cambio repentino de la presión arterial, o la deshidratación, son causas frecuentes de mareo. El mareo se produce con frecuencia cuando cambiamos muy rápido nuestra posición del descanso a la acción. También los pueden provocar las medicinas o ser un síntoma de otras enfermedades. Los mareos son una de las causas más frecuentes por la que los adultos visitan al médico. Los mareos frecuentes o el mareo constante pueden afectar considerablemente la vida, pero rara vez son señales de un trastorno con riesgo de vida. El mareo es un trastorno del equilibrio, no siempre relacionado con éste.
El vértigo siempre tiene que ver con una alteración del sistema vestibular alojado en el oído interno. Cuando se presenta una crisis de vértigo, el paciente llega a una situación de incapacidad que requiere tratamiento médico inmediato.
De acuerdo con la localización de la enfermedad que lo causa los vértigos se pueden clasificar en periféricos y centrales.
El vértigo periférico tiene que ver con la afectación del laberinto (oído interno) y nervio vestibular (el que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro), y es el más frecuente.
El vértigo central llega cuando se produce una perturbación de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular. En estos casos es frecuente la existencia de alteraciones de la marcha y postura con inestabilidad muy llamativa, visión doble, problemas para masticar o fuertes dolores de cabeza.
Para diagnosticar los vértigos, además de una historia clínica detenida, es fundamental realizar una exploración neurológica, una valoración oftalmológica y una valoración auditiva. Estos datos permitirán diferenciar entre uno u otro tipo de vértigo. En muchas ocasiones, sobre todo en personas mayores, es necesario realizar un TAC que descarte un ictus o una hemorragia cerebral.
Cualquier mareo o vértigo que se prolonga más de unas horas debe motivar una consulta al médico de atención primaria.
Todo paciente con un primer episodio de vértigo intenso debería acudir a una urgencia hospitalaria para valoración y tratamiento, sobre todo si es de edad avanzada. Cualquier vértigo que se acompañe de problemas para hablar, hormigueos o pérdida de fuerza en alguna zona del cuerpo, debe también motivar el acudir a un servicio de urgencias.
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