Tomando como referencia diferentes informes publicados por organismos de la OMS, en el post de esta semana vamos a repasar algunos conceptos básicos de la audición: qué es una pérdida auditiva, cuáles son sus límites y qué se debe hacer para detectarla y una vez la hemos detectado.
Para 2050, la OMS prevé que haya casi 2500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición y que, al menos 700 millones, requieran ayuda auditiva.
Debido a la extensión de malas prácticas auditivas, más de 1000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición evitable y permanente. En este sentido, conviene recordar que la pérdida de la audición afecta considerablemente no solo a quienes la padecen, también a sus familias, a la sociedad y a los países.
La audición “normal” es aquella que presenta un umbral de audición de 20 dB o más en ambos oídos, es decir, que la persona oye sonidos a partir de ese umbral (el vuelo de un mosquito a 2 metros).
Las personas con un umbral de audición superior a los 20 dB pueden considerarse “hipoacúsicas”, es decir, que tienen una pérdida auditiva.
Más conceptos básicos de la audición. La palabra “hipoacúsico” se utiliza para describir a las personas con pérdida auditiva de leve a moderada.
El término “sordo” se utiliza para describir a las personas con pérdida auditiva severa o profunda en ambos oídos, que solo pueden oír sonidos muy fuertes o que no oyen nada en absoluto.
Las personas con pérdida auditiva severa no pueden oír el habla a nivel conversacional y para las personas con pérdida auditiva profunda, los sonidos fuertes se perciben principalmente como vibraciones.
En anteriores ocasiones también hemos hablado de tipos de pérdida auditiva La pérdida auditiva se puede clasificar de acuerdo con muchos criterios. Uno de los más extendidos es que se refiere a la localización de la pérdida auditiva.
Así la pérdida auditiva conductiva se refiere a cuando la pérdida de la audición se debe a problemas localizados en el conducto auditivo o en el oído medio que dificultan la “conducción” del sonido hacia el oído interno.
En el caso de la pérdida auditiva neurosensorial, la causa de la pérdida auditiva se localiza en la cóclea, en el nervio auditivo o, a veces, en ambos. “Neuro” se refiere al nervio auditivo y “sensorial” se refiere a la cóclea, que es un “órgano sensorial”.
Por último, la pérdida auditiva mixta aparece cuando un mismo oído sufre pérdida de la audición conductiva y neurosensorial.
La capacidad de percibir los sonidos se mide con una audiometría de tonos puros, considerada la prueba de referencia para la evaluación. La audiometría es otro de los conceptos básicos de la audición. Los cambios en los umbrales audiométricos ayudan a definir la naturaleza de la pérdida auditiva, que puede ser de tipo conductivo, neurosensorial o mixto y de una intensidad leve a profunda. Te recordamos algún post más de este blog en el que hemos hablado de las audiometrías
La evaluación de la capacidad auditiva mediante la audiometría de tonos puros es fundamental para considerar la solución más apropiada para cada caso.
Sin embargo, no es la única consideración a tener en cuenta. Las variaciones audiométricas no proporcionan información sobre cómo el sistema auditivo central procesa los sonidos y, por tanto, solo ofrecen una visión limitada del funcionamiento del oído en la “vida real”. Por ejemplo, una persona con un resultado “normal” en el audiograma puede tener problemas en los entornos auditivos complicados, como las situaciones ruidosas. Aun cuando la pérdida de la audición sea leve y, por tanto, no se considere importante, la persona puede presentar limitaciones en el funcionamiento cotidiano que no se reflejarían mediante la sola evaluación de un audiograma. Tanto niños como adultos pueden tener un audiograma normal pero sufrir un déficit en el procesamiento de la información auditiva en el cerebro y limitaciones en la audición, lo que se conoce como trastorno del procesamiento auditivo central.
Algunas de estas limitaciones pueden investigarse mediante pruebas del habla, como la de “discriminación de los sonidos del habla” y la de “habla en el ruido”. Así pues, es importante acudir a un especialista apropiado que añade todo tipo de pruebas a las audiometrías para conocer con precisión cuál es en realidad la situación real de la audición de cada persona, y cuál es la mejor manera de ayudarla.
Los profesionales de Beltone están siempre a su disposición para cuidar y revisar su salud auditiva. Para ello cuentan con excelentes recursos de diagnóstico y con las más modernas soluciones que se adaptan a los problemas auditivos de cada persona.