España, segundo país más ruidoso del mundo. Si hubiera un pódium que premiara a los países más ruidosos del mundo, España se llevaría la medalla de plata. Según la National Academy of Sciences Report, en este ranking de contaminación acústica solo nos supera Japón. Madrid, además, se sitúa como una de las capitales más ruidosas del mundo.
España se sitúa como el segundo país más ruidoso del mundo. Hasta 9 millones de españoles están expuestos a la contaminación acústica y tres de cada cuatro ciudadanos sufren unos niveles de ruido excesivos. En Europa, son 80 millones de personas (un 20% de la población), quienes soportan el mismo problema, y en el mundo la cifra asciende hasta los 300 millones.
La Organización Mundial de la Salud ha lanzado serias advertencias de las consecuencias que supone estar sometido a decibelios por encima de lo permitido. Los expertos consideran que sufrir de forma periódica a un nivel de decibelios superior a 55 durante el día resulta dañino para la salud, especialmente para los niños, que están en pleno desarrollo y tienen un oído muy sensible.
España, segundo país más ruidoso del mundo. Para saber cuánto son 55 decibelios, hay que pensar en un aspirador medio, que genera 65 dB. Si subimos la televisión, estamos cerca de la lavadora o la batidora, o cuando nos despertamos por la mañana con la alarma de nuestro despertador podemos estar soportando 75 decibelios. Sin embargo, en la contaminación acústica el 80% de las fuentes de ruido son vehículos de motor, el 10% industrias y el resto ferrocarriles, bares y talleres.
Diversos estudios de la National Academy of Sciences Report han confirmado que estar sometido a un ruido excesivo puede provocar una pérdida de la audición, pero también, entre otros problemas, dolor de cabeza, afonía, problemas de sociabilidad, dificultades en el lenguaje e incluso alteraciones del sueño.
En algunos países, como en Suiza, se han tomado muy en serio las advertencias de la ONU y para evitar que los niños puedan sufrir las consecuencias de unos decibelios extras han comenzado a tomar medidas en las aulas. Algunos alumnos de Primaria de ciertas escuelas más expuestas al ruido ya utilizan protectores de sonido. Una especie de auriculares que reducen el ruido ambiental a 27 decibelios, lo que no solo protege la salud de los estudiantes, sino que también favorece su concentración.