Ya está aquí el calor. Y las tormentas. Probablemente muchos no sepáis que los truenos suenan debido a la rápida expansión y contracción del aire alrededor de un rayo. Así que en este blog, nos toca hablar sobre el sonido del trueno.
Los rayos se producen debido a la acumulación y liberación de electricidad estática en las nubes. Este proceso ocurre principalmente en nubes cumulonimbus durante tormentas eléctricas.
Cuando un rayo atraviesa el aire, calienta el aire circundante a temperaturas extremadamente altas, aproximadamente 30,000 grados Celsius. Este calor provoca que el aire se expanda rápidamente, creando una onda de choque que se propaga en todas direcciones.
Es esta onda de choque es lo que percibimos como el sonido del trueno.
Lógicamente, el rayo y el trueno se producen al mismo tiempo. Sin embargo, aunque se producen simultáneamente, no los percibimos al mismo tiempo. La razón es que la luz viaja mucho más rápido que el sonido.
La luz del rayo viaja a una velocidad de aproximadamente 300.000 kilómetros por segundo, mientras que el sonido del trueno viaja a unos 343 metros por segundo. Vemos el rayo de manera instantánea, pero escuchamos el trueno unos segundos después, dependiendo de la distancia entre nosotros y el rayo.
Una manera común de estimar la distancia de una tormenta es contar los segundos entre el momento en que se ve el rayo y el momento en que se escucha el trueno. Por cada segundo de diferencia, la tormenta está aproximadamente a 343 metros de distancia.
El sonido del trueno puede variar en intensidad y duración dependiendo de varios factores, como la distancia entre el rayo y la persona que lo escucha, y la topografía del terreno. Por ejemplo, si estás cerca del lugar donde cae el rayo, el trueno sonará como una explosión fuerte y aguda. Si estás más lejos, el sonido será más bajo y prolongado.
El sonido de un trueno puede alcanzar niveles de decibelios muy altos. Como promedio, un trueno puede alcanzar entre 120 y 130 decibelios a una distancia de unos 100 metros del punto de impacto del rayo. Sin embargo, si el trueno es muy cercano, puede llegar a superar los 140 decibelios.
Para poner esto en perspectiva, un sonido de 120 decibelios es similar al ruido de un motor a reacción despegando, mientras que 140 decibelios es el umbral del dolor para el oído humano. Estos niveles tan altos de sonido pueden causar daño auditivo si una persona está muy cerca del rayo cuando se produce el trueno. En otros post, ya hemos hablado de la intensidad del sonido y de los niveles de riesgo, te lo recordamos aquí.
Pero en realidad, y con ser importante la protección frente al sonido, lo que realmente importa en este caso es tener claras una serie de recomendaciones de seguridad para mantenerse a salvo de los posibles riesgos de las tormentas eléctricas.
Si estás en el exterior, busca refugio. Si estás al aire libre y oyes truenos o ves relámpagos, busca refugio inmediatamente. Los lugares seguros incluyen edificios con instalaciones eléctricas y fontanería, o dentro de un vehículo cerrado con techo metálico.
No te quedes en campos abiertos, playas o cualquier área expuesta. Los rayos tienden a golpear los puntos más altos en una zona abierta.
No te refugies bajo los árboles. Puede parecer tentador, pero refugiarse bajo un árbol es peligroso.
Aléjate de objetos metálicos como vallas, postes, equipos de jardinería o maquinaria agrícola. Y no te acerques al agua. El agua es un buen conductor de electricidad.
También hay algunas medidas preventivas que adoptar, si estás en interiores.
Desconecta aparatos eléctricos para evitar daños por sobretensiones y evita usar teléfonos y aparatos conectados a la red eléctrica. Los rayos pueden causar sobretensiones que viajan a través de los cables telefónicos y eléctricos. Y mantente alejado de ventanas y puertas.
Tomar estas precauciones puede reducir significativamente el riesgo de lesiones o daños durante una tormenta.