Golpes en los oídos y pérdida de audición. Los traumatismos en los oídos pueden afectar tanto a la audición como al equilibrio. Caídas, lesiones deportivas y golpes en la cabeza pueden ocasionar daños en partes fundamentales del oído como el tímpano, el conducto auditivo, los huesecillos, la cóclea o el nervio vestibular, produciendo pérdidas de audición que en el algunos casos pueden llegar a ser permanentes.
Cortes, rasguños, quemaduras o congelaciones en los pabellones auditivos, pueden ser lesiones leves en el oído externo o el conductor auditivo externo que conducen a sangrados o infecciones que pueden afectar a otras partes de oído.
Los golpes directos sobre la oreja o sobre la cabeza, producidos por caídas, accidentes de tráfico, lesiones deportivas o golpes en peleas pueden perforar el tímpano, dislocar la cadena de huesecillos o lesionar el oído interno. Los luchadores, boxeadores y otros tipos de atletas y deportistas como jugadores de rugbi o baloncesto reciben a menudo fuertes impactos de forma repetida en el oído externo. Estos impactos pueden tener consecuencias externas, como hematomas que pueden obstruir el riego sanguíneo hacia el cartílago de la oreja alterando su estructura y provocando lo que se conoce como “oreja de coliflor”. Cuando la sangre se acumula entre el cartílago y la capa de tejido que lo rodea, llamada pericondrio, puede interrumpir la irrigación del cartílago permitiendo que muera y provocando la deformación de la oreja, algo muy común en los deportes de contacto. Para prevenirla, en caso de golpe con hematoma grave, el médico practica una incisión sobre el mismo, extrayendo la sangre y aplicando un vendaje que mantiene la piel y el pericondrio en su posición normal.
Los fuertes impactos, producidos sobre todo en accidentes, pueden provocar la fractura de los huesos que rodean el conducto auditivo y distorsionar su forma, por lo general estrechándolo y provocando pérdida de audición, al menos de manera temporal.
Los golpes en el oído también pueden provocar la rotura de la membrana timpánica. La mayoría de las lesiones traumáticas del tímpano se curan por si solas, pero todas ellas deben ser evaluadas por un especialista, ya que si no se curan, con el tiempo pueden acarrear complicaciones e incluso necesitar de cirugía para corregirlas (timpanoplástia).
La duración de los problemas auditivos o de equilibrio tras un golpe y su tratamiento dependerá del origen y la gravedad de la lesión así como de la parte del oído dañada.
Entre los signos de pérdida auditiva por traumatismo se encuentran los siguientes:
- Problemas para percibir ruidos de fondo
- Dificultad para escuchar determinados sonidos de alta frecuencia
- Sentir pitidos o zumbidos en los oídos, tinnitus
- Tener sensación de oídos taponados
Dependiendo de si las lesiones afectan a uno o a ambos oídos, el equilibrio también puede verse perjudicado presentando los siguientes síntomas:
- Sufrir vértigo o sensación de mareo giratorio
- Sensación de inestabilidad o desorientación
- Nauseas
- Dolores de cabeza
- Tropezar a menudo o mostrar signos de torpeza
En caso de sufrir golpes fuertes lesiones en los oídos, cuando se note alguno de los síntomas descritos lo más apropiado es acudir al médico para evaluar el alcance de la lesión. Aunque la prevención es siempre la mejor medicina por lo que se deben utilizar protecciones en caso de practicar deportes como el beísbol, softball, hockey, rugby, lucha libre o boxeo, además de utilizar el casco bien ajustado cuando se monte en bicicleta, monopatín, patines y motocicletas.
Después de un golpe en el oído siempre es recomendable revisar su audición. Los profesionales de Beltone están a su disposición para cuidar de su audición con los más modernos medios de diagnóstico y las mejores soluciones para sus problemas auditivos. Realizarse una audiometría de manera periódica en un centro auditivo llevada a cabo por un audiólogo puede prevenir la hipoacusia.
https://kidshealth.org/es/parents/ear-injuries.html