La prebiacusia y el aislamiento progresivo

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La prebiacusia y el aislamiento progresivo.  La hipoacusia es la pérdida de capacidad auditiva que produce dificultad o imposibilidad para oír normalmente. Una de las causas más comunes de la hipoacusia es la prebiacusia o pérdida auditiva relacionada con la edad.

La prebiacusia y el aislamiento progresivo. Esta enfermedad neurodegenerativa suele afectar mayoritariamente a personas que han superado los 65 años, aunque debido a la exposición a ruidos, junto con otros factores ambientales y genéticos, se diagnostica cada vez en personas más jóvenes. Además, padecer enfermedades cardiovasculares u otras derivadas como la diabetes mellitus, son factores de riesgo para padecer prebiacusia.

Esta pérdida auditiva puede tener gran repercusión en la vida de las personas que se ven afectadas por ella, ya que su capacidad de comunicación disminuye al mismo tiempo que su capacidad para escuchar.

La prebiacusia y el aislamiento progresivo. Una de las consecuencias más comunes de la prebiacusia es el aislamiento progresivo. Los afectados por esta dolencia pueden desarrollar miedo a la calle, puesto que en ocasiones no son capaces de percibir sonidos como el motor de un vehículo o incluso su claxon, lo que puede producirles una gran inseguridad. Tienden a dejar de asistir a eventos sociales o a reuniones familiares debido a la imposibilidad de seguir una conversación especialmente en ambientes ruidosos, por el temor de sufrir confusiones al no entender lo que se les habla e incluso de no contestar de manera adecuada por malos entendidos.

También sufren el riego de no poder reconocer determinadas señales de peligro como alarmas de seguridad o sirenas de emergencias. Es fundamental, para prevenir la prebiacusia, llevar un estilo de vida saludable, evitar los ruidos y realizar ejercicio físico, además de acudir a revisiones periódicas a un especialista incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Una vez que la enfermedad empieza a desarrollarse el uso de audífonos adecuados a las características concretas de cada paciente brinda la oportunidad de no tener que renunciar a ninguna actividad y seguir disfrutando de una audición nítida y en consecuencia de una mayor calidad de vida.

Eva Plaza