Cuidar los oídos con la llegada del frío. Ante la inminente llegada del invierno comienza la temporada de catarros, gripe y enfriamientos. Los oídos es una de las partes del cuerpo que más hay que cuidar cuando bajan las temperaturas para evitar la aparición de otitis.
La otitis media aguda no es más que una acumulación de fluido detrás del tímpano que tiene como consecuencia una inflamación del oído medio que puede resultar muy dolorosa para la persona. Si no se trata adecuadamente, incluso puede producir graves problemas de audición.
Cuidar los oídos con la llegada del frío. Los niños y las personas mayores son más propensos a sufrir otitis. De ahí que sea tan importante la prevención, especialmente en los grupos más vulnerables. Lo primero que hay que hacer es, tal y como indica la lógica, protegerse del frío y cuidar las defensas. Hay que llevar una buena alimentación y hábitos de vida saludables, evitar la exposición al humo del tabaco y los cambios bruscos de temperatura, e ir lo suficientemente abrigados. Los oídos los podemos proteger específicamente con unas orejeras o un gorro de lana lo suficientemente grande para que los cubra. De esta manera estaremos evitando la penetración de microbios.
En esta época del año, es fundamental prestar atención a la higiene de los oídos. Para ello podemos utilizar difusores de agua marina o realizar lavados nasales con suero fisiológico, evitando siempre el uso de bastoncillos. Lo importante es que los oídos no permanezcan mojados. Cuando se mojen, por ejemplo, en la ducha, hay que secarlos. Y si utilizamos piscinas cubiertas o climatizadas, lo más conveniente es usar tapones para evitar que el agua entre en los oídos.
Revisar la audición al inicio de la época invernal no está de más. Un especialista puede realizar un diagnóstico auditivo y comprobar nuestro grado de audición, y en caso de que llevemos audífonos nos puede indicar cómo limpiarlos. Y si a pesar de extremar nuestros cuidados notamos inflamación en el oído podemos probar a aplicar una bolsa de agua caliente externa para que remita, pero lo más importante es no automedicarse. El especialista es la persona más indicada para ponernos un tratamiento que nos haga mejorar y así evitar posibles complicaciones.