Seguro que te ha pasado. Escuchas una voz grabada tuya y piensas “¿de verdad sueno así?”. No estás solo. Casi todo el mundo siente cierta sorpresa o incomodidad al oírse. Pero no es que la grabadora te engañe, sino que tu cerebro y tus oídos están acostumbrados a escuchar tu voz de una forma muy particular.
Cuando hablas, el sonido de tu voz llega a tu oído por dos caminos distintos.
En primer lugar, por el aire. Es el sonido que sale de tu boca, viaja por el aire y entra en tu oído, igual que cuando escuchas hablar a otra persona.
Y en segundo lugar, por dentro de tu cabeza. Al hablar, las vibraciones de tu voz se transmiten por los huesos del cráneo y los tejidos. Este sonido, llamado conducción ósea, llega directamente al oído interno.
Cuando te oyes a ti mismo mientras hablas, escuchas una mezcla de ambos sonidos. Pero cuando escuchas una voz grabada, sólo oyes la parte que viaja por el aire. El resultado es que falta ese toque más grave y cálido que aporta la conducción ósea, y por eso la grabación te parece más aguda o “extraña”.
Además del oído, el cerebro juega un papel importante. Está tan acostumbrado a procesar tu voz desde dentro que cuando la oye desde fuera, la percibe como ajena. Es como si escucharas a otra persona con un timbre similar al tuyo.
Estudios sobre audición muestran que el cerebro responde con menos intensidad a la propia voz cuando hablamos, porque ya “sabe” lo que va a oír. Por eso una grabación puede sonar no solo diferente, sino también más intensa o incluso más crítica de lo que esperabas.
La conducción ósea puede reforzar las frecuencias graves de tu voz entre seis y diez decibelios, según varios estudios de acústica. Esa pequeña diferencia basta para que tu voz en directo te parezca más profunda que la voz grabada.
Existen algunas formas sencillas de acercar la grabación a tu percepción real.
- Usa auriculares de conducción ósea. Transmiten el sonido por los huesos, igual que cuando hablas, por lo que escuchar tu voz grabada con ellos se siente mucho más natural.
- Ajusta los graves. Si grabas con el móvil o el ordenador, puedes ecualizar la grabación y subir ligeramente las frecuencias bajas. Recuperarás parte de ese tono cálido que percibes al hablar.
- Graba en un lugar tranquilo. El ruido de fondo o la reverberación alteran el timbre y hacen que la voz grabada parezca más metálica o distante.
- Habla a una distancia constante del micrófono. Los cambios de distancia o ángulo modifican la respuesta del sonido y pueden hacer que tu voz pierda naturalidad.
Tu voz grabada no es peor ni falsa. Es simplemente la misma voz escuchada de otro modo. La diferencia entre cómo te oyes tú y cómo te oyen los demás se debe a que tú percibes el sonido desde dentro y desde fuera a la vez. Cuando desaparece la parte interna, la conducción ósea, el timbre cambia y el cerebro se sorprende.
Saberlo te ayudará a reconciliarte con esa voz grabada que al principio suena tan extraña, pero que en realidad es tu verdadera voz para el mundo.
Y si alguna vez notas que tu voz te suena diferente, que necesitas subir el volumen para escucharte o que las conversaciones te resultan menos claras que antes, conviene hacer una revisión auditiva. Detectar a tiempo una posible pérdida de audición es la mejor forma de mantener una buena calidad de vida. Los profesionales de Beltone pueden ayudarte a evaluar tu audición de manera sencilla y orientarte sobre las soluciones más adecuadas para ti.
Te recordamos que puedes probar tu audición en linea, algo que no debe sustituir a la visita al profesional de la audición.






