Piscinas y parques acuáticos: ¡protege tus oídos!

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Protege tus oídos. El verano es la época del año que invita a darse un baño en piscinas y parques acuáticos. Sin embargo, un baño placentero o divertido puede tener fatales consecuencias para nuestros oídos. Las otitis o infecciones del oído externo son algunos de los problemas que podemos sufrir si no tenemos unos buenos hábitos.

Protege tus oídos. La humedad es una de las principales causas de la proliferación de microorganismos y las inmersiones continuadas nos hacen propensos a sufrir la dolencia que conocemos comúnmente como “otitis de piscina”. Este problema, muy extendido en la época estival, llena las consultas médicas. Para evitarlo no es necesario tomar una medida tan radical como dejar de bañarnos en la piscina cuando el calor aprieta. Basta con seguir una serie de sencillos consejos que nos ayudarán a tener nuestros oídos en plena forma.

Intente evitar las piscinas con mucho cloro, ya que este producto es muy agresivo para el conducto auditivo externo. Si es posible, consulte los niveles de cloro que todas las piscinas públicas deben exhibir para la consulta de los usuarios interesados.

En la medida de lo posible no realice baños de inmersión continuada. Si va a nadar durante un largo rato y piensa que sus oídos van a estar casi permanentemente bajo el agua lo más adecuado es el uso de tapones. Pregunte a su médico y farmacéutico cuáles son los más convenientes para usted. Los de cera son los que proporcionan un mejor ajuste, pero no es conveniente reutilizarlos en exceso.

Si nota agua en los oídos, evite el uso de tapones. Por la forma acodada del conducto auditivo, en ocasiones el agua que se ha introducido en su conducto auditivo encuentra una difícil salida. Si colocamos un tapón se obstaculizará aún más el drenaje del agua y se crearán unas condiciones propicias para las infecciones.

Antes de zambullirse en la piscina conviene tener limpios los oídos. Para ello, nada peor que utilizar bastoncillos de algodón, un instrumento que propicia la infección por estafilococos y bacilos pseudomonas. Existen otros productos más adecuados y específicos para la limpieza, que puede aconsejarle un especialista.

Tras el baño, hay que sacar cualquier rastro de agua que pueda quedar retenida en el conducto auditivo. Las tácticas habituales son dar saltos con un pie mientras se inclina la cabeza hacia un lado, o tirar ligeramente del lóbulo para facilitar la salida del agua. También existen productos secantes que pueden eliminar el agua de una manera rápida y eficaz, aunque lo más recomendable es consultar previamente con el médico la utilización de cualquier producto.

Ya sabes, protege tus oídos.