Las de potenciales evocados son pruebas diagnósticas basadas en estímulos sensitivos (visuales, auditivos o táctiles eléctricos) y en la ulterior valoración de las respuestas cerebrales que provocan. Con estas pruebas se evalúa el estado de las vías sensitivas analizadas, puesto que miden la actividad eléctrica del cerebro, como respuesta a diferentes estímulos.
Para evaluar estas respuestas, se emiten centenares de estímulos, y luego se intermedian los resultados. La prueba de potenciales evocados permite, por ejemplo, apreciar si la electricidad se transmite con mayor lentitud por efecto de la desmielinización (lesión en la mielina que recubre el tejido nervioso) incluso en aquellos casos en los que sea tan imperceptible que el sujeto no haya presentado síntomas en un examen neurológico. Su detección es fundamental, por ejemplo, en el diagnóstico de la esclerosis múltiple.
La prueba no necesita preparación previa. Basta con colocar unos electrodos en el cuero cabelludo y pabellones auditivos y/o en hombro, cuello, columna, dependiendo del sistema que se vaya a examinar.
Una vez ubicados, el técnico proporciona estímulos diferentes (sonidos, luces o sensaciones) y recoge las respuestas en el cerebro del paciente. Posteriormente, recibe los distintos estímulos para obtener la respuesta evocada correspondiente.
Hay tres test que miden la respuesta a cada grupo de estímulos (visuales, auditivos y táctiles). Para el potencial evocado visual, el sujeto recibe un estímulo visual; en el caso del auditivo, el estímulo consiste en tonos por un auricular; y en los potenciales evocados somatosensoriales son producidos por estímulos eléctricos en pies y manos.
En la prueba de respuesta auditiva, los potenciales se obtienen mediante ondas características bien definidas. Los electrodos se colocan en el cuero cabelludo y en los lóbulos de las orejas. Los estímulos son diferentes tonos o ruidos. Estas pruebas son especialmente útiles en los bebés y en los niños, así como también en pacientes no colaboradores. Al no podérseles realizar una audiometría, en caso de indicios de sordera un diagnóstico precoz es vital, puesto que la maduración cerebral está directamente relacionada con la adquisición del lenguaje.
Además, la respuesta neurofisiológica del Potencial Evocado Auditivo aporta datos sobre la conducción del nervio auditivo, necesario para el diagnóstico de patologías en las que el nervio auditivo o la vía auditiva cerebral se encuentran afectados.
La prueba sobre la vía auditiva es inocua para el paciente y no dolorosa. Dura entre 20 minutos y 1 hora.
La prueba de potenciales evocados puede servir para demostrar que el sistema de conducción sensorial (del oído, la vista y el tacto) está alterado cuando el examen neurológico no arroja resultados claros, revelar lesiones “silentes”, que existen, pero no provocan síntomas evidentes, definir la distribución de las lesiones en el sistema nervioso central y proporcionar información sobre la evolución de la enfermedad y documentar cambios en el estado neurológico de un paciente.