Cooperación internacional audiológica. Hace unos días regresaba de Sahara Occidental la cuarta misión visual, y tercera auditiva, de la ciudad de Dakhla emprendida por Beltone España y la Ruta de la Luz. Tres cooperantes, ópticos y audioprotesistas, llevaron a cabo 292 revisiones ópticas. También 190 auditivas. Contaron con el apoyo de las Asociaciones de Sordos y de Discapacitados Físicos y Síquicos. E igualmente de colegios de la ciudad.
Cooperación internacional audiológica. Beltone España y Fundación Cione Ruta de la Luz acaban de regresar de su cuarta misión a Dakhla. Dakhla, la antigua Villa Cisneros, es una ciudad del Sahara Occidental. Actualmente es la capital de la región administrativa de Marruecos Dakhla-Oued Ed-Dahab. Está situada en la estrecha Península de Río de Oro. En la Costa Atlántica, a unos 550 Kilómetros al sur de El Aaiún.
En 2014, con la Asociación de Discapacitados de Dakhla como contraparte, la Ruta de la Luz inició allí un proyecto de mejora de salud visual. La escolarización y sanidad básica de la población están al alcance de la mayoría de la población. Sin embargo, las revisiones ópticas, y por lo tanto la corrección visual, no resultan tan accesibles.
Ya en aquella primera misión, Pedro Duc, cooperante navarro de Ruta de la Luz con experiencia acumulada en anteriores proyectos, percibió que había mucho que hacer también en materia de Audiología. En Dakhla acceder a unas gafas es difícil. A un audífono es imposible. Tanto para la población de la ciudad como en general para la comarca. Así, a propuesta de Duc, la Fundación de Cione establecía contacto con Beltone España. Propuso una misión de salud auditiva paralela a la visual. Desde el primer momento, “Beltone se volcó con el proyecto”, afirma Duc.
Cooperación internacional audiológica. Se iniciaba entonces una fructífera colaboración que, en expediciones sucesivas, ha adaptado 250 audífonos en tres años. Incluidos los casi cincuenta de la recién aterrizada de vuelta en España. La primera expedición multidisciplinar, óptica y audiológica, salía de España en 2015. La continuidad del proyecto se ha traducido en experiencia, y la experiencia en calidad del trabajo. Así, esta cuarta misión, “ha supuesto un desafío personal”, reconoce Duc, que volvía a viajar a Sahara en este otoño de 2017, después de un año de ausencia. El navarro le tiene un cariño especial a un proyecto del que nuevamente ha vuelto conmovido.
Cooperación internacional audiológica. Con un desarrollo logístico idéntico al de años anteriores los cooperantes han rentabilizado al máximo su estancia en Dakhla. El apoyo de las contrapartes, las Asociaciones de Discapacitados Físicos y Síquicos y de Sordos de la ciudad, que se encargaron de llevar a cabo la selección previa de los casos a revisar, ha facilitado la fluidez del trabajo. La organización ha sido perfecta. Además del propio Duc, han viajado la igualmente óptica y audioprotesista Tania Roris, y el audioprotesista David López, voluntario de Beltone España.
El excelente entendimiento entre los tres cooperantes, y la perfecta organización, han sido factores decisivos para redondear el éxito de la misión. “Trabajar con Tania Roris es una gozada. Acumula una gran experiencia en cooperación, además de ser una excelente persona y compañera. Y lo mismo sucede con David López, acostumbrado profesionalmente a llevar a cabo ajustes y mantenimiento de audífonos. Su labor ha tenido para la expedición un valor incalculable”, sigue Duc. David se centró en la parte audiológica del trabajo, mientras que Tania y Pedro alternaban sus puestos. “Por ejemplo, cuando se acumulaban los casos de tapones de cera, era yo quien los sacaba de una vez, para ahorrar tiempo”, explica Roris.
Desde el punto de vista técnico, poner en marcha la misión fue muy sencillo. Las instalaciones son modestas pero completas, y conocidas por nuestros voluntarios. Cuentan, incluso, con una buena conexión a internet, algo muy útil para la correcta adaptación de los audífonos.
Los voluntarios en materia de cooperacion internacional audiológica han permanecido en Dakhla por espacio de diez días.“El plazo adecuado para mantener un ritmo de trabajo tan intenso, sobre todo en Optica”, sigue Roris. En cuanto a medios materiales, la dilatada experiencia profesional de los voluntarios se ha visto favorecida por el aparataje necesario. Para las revisiones ópticas, los cooperantes disponían de autorefractómetro, retinoscopio, test de cerca y gafa de prueba. Para las audiológicas, con audiómetro, otoscopio, e incluso con videotoscopio, un equipo con el que no cuentan muchas clínicas en España. “Desde el primer momento, hemos querido hacer allí lo mismo que aquí, manteniendo el nivel de profesionalidad y de servicio que prestamos en España”, afirma David López.
Después de dos años adaptando audífonos en Dakhla -hasta el año habían sido 200- una de las labores más importantes a desempeñar ha sido la del ajuste y mantenimiento de los aparatos entregados en misiones anteriores, para comprobar la evolución de la pérdida auditiva de sus usuarios, y para llevar a cabo ajustes más finos, en caso necesario.
A lo largo de la misión, los voluntarios en cooperación internacional audiológica han llevado a cabo 292 revisiones visuales y 190 auditivas. En la consulta de optica los voluntarios han revisado a muchos niños procedentes de colegios de la ciudad. Lo hicieron en colaboración con profesores y directores. En cuanto a Audiología, “la Asociación de Discapacitados de Dakhla hizo el filtro que le pedimos, y, curiosamente hemos trabajado más, pero hemos adaptado menos audífonos”, explica Duc. “Muchos pacientes han vuelto a consulta para llevar a cabo los pertinentes ajustes de la ayuda auditiva adaptada anteriormente”, añade López.
Después de cuatro años, la misión optica y auditiva cuenta ya con su peso específico en Dakhla. Además, y como se lleva a cabo en el mismo periodo temporal cada año, “ya nos conocen. Somos los de las gafas y los audífonos”, valora Duc. En todo este tiempo se ha producido una labor de acercamiento cultural, religioso y humano. “Algo que he percibido este año de manera notoria. Hubo gente que venía corriendo a darme un abrazo, reconociéndome desde el año pasado”, confirma Tania Roris, que también repetía en Dakhla.
La labor de filtro previa hizo que nuestros voluntarios se centraran en pacientes con problemas. El 70% de los niños atendidos sufría algún defecto refractivo, algunos equiparables a los habituales en España. Sin embargo, hubo otros clamorosos, “que no hemos podido atender, por necesitar de intervenciones quirúrgicas o de la intervención de oftalmólogos”, lamentan Duc y Roris.
En cualquier caso, y como en anteriores misiones, los voluntarios han cambiado las vidas de muchas personas. “En Audiología, atendimos uno de esos casos que se queda grabado en el corazón. Adaptamos dos audífonos a un niño de doce años que nunca había oído su voz. Le dijimos hola. Nos contestó. Comprobamos que localizaba espacialmente y que podía oír la voz de su madre. No tendrá una locución completa, pero su día a día va a ser otro”, afirma Duc.
“En mi caso, revisé algún caso del año pasado, concretamente el de un niño que trajo el audífono impecable, para hacerle los pertinentes ajustes. Lo ha cuidado como oro en paño. Que volvamos es muy positivo, para mejorar su experiencia de uso”, destaca Roris. A la pontevedresa le sorprendió tremendamente que “la madre de un niño al que adaptamos un audífono el año pasado nos mantuviera a Alejandro Camuñas, el cooperante de Beltone del año pasado, y mí, en el salvapantallas de su móvil”.
Y lo mismo ocurrió con la adaptación de gafas. Cooperación internacional audiológica. “Una niña de cuatro años, con seis dioptrías de miopía y cuatro de astigmatismo en cada ojo, descubrió el mundo por primera vez. Nunca había visto nada fuera su entorno más próximo que no fuera algo borroso. Fue impresionante”, dice Duc.
“Después de esta cuarta experiencia con la que los usuarios están encantados, Beltone España también, y que nuestros cooperantes vuelvan siempre emocionados, con cada vez más amor por su profesión y por el voluntariado, creo que el proyecto tiene el futuro garantizado”, termina Sara Calero, responsable de la Fundación Cione Ruta de la Luz.