Los Goya y la sordera

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Sordos en la historia
Sordos en la historia

Mañana sábado, tendrá lugar la gala anual de los Goya. Son los galardones más importantes del cine español, otorgados anualmente por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Se crearon en 1987 y su objetivo es reconocer la excelencia de los profesionales del cine en distintas categorías, como mejor película, mejor dirección, mejor actor y actriz, mejor guion, entre otras. Pero claro, en este blog, nos toca hablar sobre oídos, así que nos vamos a centrar en el que quizá sea su segundo aspecto más conocido, después del de pintor: su sordera. Goya y la sordera.

En otras ocasiones hemos hablado sobre sordera y cine, e incluso de casos de famosos, incluido el pintor aragonés, Goya y la sordera. Hoy, vamos a profundizar en su historia.

La sordera de Francisco de Goya marcó un punto de inflexión en su vida y en su obra. En 1792, cuando tenía alrededor de 46 años, Goya sufrió una enfermedad grave que lo dejó completamente sordo.

Aunque no se sabe con certeza qué padeció, se han propuesto varias hipótesis, como meningitis, sífilis, saturnismo (intoxicación por plomo debido a los materiales usados en la pintura) o incluso un trastorno autoinmune como el síndrome de Susac.

La sordera sumió a Goya en el aislamiento y la introspección, lo que se reflejó en un cambio radical en su arte. Sus primeras obras eran luminosas y alegres, con influencias del rococó, como en los cartones para tapices. Sin embargo, tras su enfermedad, su estilo se volvió más oscuro, con un enfoque en lo grotesco, lo absurdo y lo crítico.

Este cambio se observa en obras como «Los caprichos» (1799), una serie de grabados satíricos sobre la corrupción y la superstición de la sociedad española. También en su etapa final, con las «Pinturas Negras» (1819-1823), que realizó en las paredes de su casa, la Quinta del Sordo, y donde se ven imágenes inquietantes como Saturno devorando a su hijo.

En el plano personal y social, la sordera lo alejó de la corte y de la alta sociedad, lo que lo hizo más independiente en su arte.

Además, se volvió más crítico con la política y la Iglesia, lo que le trajo problemas con la Inquisición y se hizo más melancólico y solitario.

En definitiva, la sordera de Goya transformó su manera de ver el mundo, llevándolo a desarrollar un arte más personal, psicológico y expresivo, que lo convirtió en un precursor del arte moderno. Quizá por eso los premios llevan su nombre.

En todo caso, y pese a que el mundo haya conocido otra faceta de su arte, llena de fuerza y expresión, a partir de su sordera, el coste personal fue elevado.

Hoy día contamos con grandes profesionales que pueden ayudarnos a detectar y paliar la pérdida auditiva, y volver a reconectarnos con la vida social.

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