Un grito inolvidable

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Todos los años surje la misma duda entre el público más especializado de la gala de los Oscar. ¿Cuál es la diferencia entre las nominaciones a Mejor Sonido y las del Mejor Montaje de Sonido?

Una duda todavía más acuciante este año ya que se trataba de dos de las pocas candidaturas que no ganó  La La Land, ya que los Oscar recabaron en Hasta el último hombre y La llegada. El Sonido en una película combina todos sus elementos sonoros registrados durante su rodaje. El Montaje de Sonido es lo añadido fuera del rodaje, en postproducción. Por ejemplo, los estremecedores ruidos extraterrestes de La llegada, creados por Sylvain Beilemare.

Pues bien, uno de los efectos de sonido más alucinantes de la historia del cine es El grito Wilhelm, una exclamación que se oye en cientos de películas cuando alguien cae, es atrapado, es herido o simplemente se asusta. Junto con el ruido de una llamada de teléfono o el de un coche derrapando es uno de los efectos que más se han utilizado en la historia de Hollywood… y esta es su breve historia:

 Ben Burtt, empleado en el departamento de sonido de la productora Warner Bros, encontró el grito en una escena de La carga de los jinetes indios (1953), bautizándolo con el nombre del personaje que lo profiere, herido por una flecha. Su primera aparición había sido dos años antes, en el clásico Tambores lejanos, esta vez exclamado por un hombre al ser devorado por un caimán de los pantanos. Arrebatado por su magia (dicen que su autor era el cantante country Sheb Wooley, a la sazón actor de Tambores…) decidió emplearlo para sus propias películas. Así, El grito Wilhelm se repitió en todas las películas de Indiana Jones, en las de las saga StarWars y en la del Señor de los Anillos y en cientos de producciones  más.

 Aquí podemos seguir la divertidísima evolución de este peculiar aullido

 https://www.youtube.com/watch?v=cdbYsoEasio

 Óscar Cabrera