Medicamentos y pérdida de audición

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Medicamentos y pérdida de audición. Existen más de 200 fármacos, recetados y de venta libre, que afectan negativamente a nuestro sistema auditivo. Las más sensibles son las células sensoriales del oído interno. Estos medicamentos pueden causar pérdida de audición temporal o permanente. Por eso se describen como ototóxicos.

Medicamentos y pérdida de audición. Los medicamentos ototóxicos se encuentran entre los utilizados para tratar enfermedades que ocurren con mayor frecuencia a medida que envejecemos. Por ejemplo,  infecciones, cáncer o  dolencias cardíacas. Los efectos secundarios relacionados con la audición que pueden provocar son pérdida auditiva o hipoacusia, los acúfenos o tinnitus y problemas de equilibrio.

Existen numerosos medicamentos que incluyen esta afectación entre sus reacciones adversas. Son los antibióticos aminoglucósidos (estreptomicina, amikacina, gentamicina, neomicina, etc.) y los diuréticos de asa (furosemida, bumetanida, etc.) los que más se relacionan con ella.  También encabezan la lista otros fármacos quimioterapéuticos contra el cáncer, como el cisplatino y el carboplatino.

Las medicinas que se sabe causan pérdida temporal de la audición incluyen analgésicos de salicilato como la aspirina (utilizada para aliviar el dolor y las afecciones cardíacas) o quinina (utilizada para tratar la malaria).

Los mareos, problemas de equilibrio y  tinnitus, son algunos de los síntomas que pueden indicar que el medicamento en cuestión puede ser ototóxico.

Antes de comenzar un tratamiento con medicamentos para las afecciones mencionadas, un estudio auditivo realizado por un profesional de la audición resulta de enorme utilidad.

El audiograma aportará la base para medir los cambios. La pérdida auditiva temprana por medicamentos ototóxicos generalmente se aprecia en las frecuencias más altas de la audiometría. Son las responsables de la discriminación del habla. Por lo tanto, cuanto antes se detecte el daño potencial, mejor.

Informarse, es la mejor manera de minimizar el riesgo de pérdida de audición relacionada con los fármacos ototóxicos.

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